ENSAYO SOBRE LA RELACIÓN ENTRE SOCIEDAD, GLOBALIZACIÓN,
Y PRIORIDADES EN LA HISTORIA.
El caso Santa Fe.
Felipe Justo Cervera

Es muy pobre aquella memoria
que sólo puede recordar lo que ya pasó -observó la Reina.
Lewis Carrol: "Alicia a través del espejo".


La moraleja de Carrol se centra en enfatizar la importancia
de tener "memoria del futuro".


PRIMERA PARTE


Prólogo

El presente ensayo persigue dos objetivos principales:

Primero, reiterar algo que siempre se tiende a olvidar: que la realidad constituye un hecho indisoluble (aunque no necesariamente armónico y coherente en su funcionamiento), y que su conocimiento exige, por la más elemental lógica, una mirada unitaria, dado que es imposible entender un todo, un sistema, trabajando variables aisladas.

Segundo, que el conocimiento tiene una razón social de ser que, a nuestro juicio, es aportar para la comprensión de los problemas de la sociedad. Y en razón de ello, en el tratamiento de esa razón de ser, es necesario distinguir entre lo que es prioritario y lo que es secundarios en el saber; y en el caso del conocimiento de lo histórico (como de cualquier otra dimensión), es también esencial distinguir esas categorías de importancia. De esta manera, en el estudio de un universo histórico concreto, será posible diferenciar entre lo que es prioritario y lo que es secundario en él, y con ello determinar cuál es el conocimiento que, en ese pasado que se investiga, es fundamental (prioritario) para la comprensión de los problemas de la sociedad en que se vive, y cuál es menos importante. Determinar estas categorías es nuestro segundo objetivo.



I- Introducción

En este documento buscamos, entonces, enriquecer el sentido del estudio del pretérito: penetrar en lo que es más significativo en él. Buscamos contribuir a la determinación de un principio que permita categorizar las prioridades que deben tenerse en cuenta en el análisis. Obviamente, dado que concretamos nuestro examen a partir de una posición metodológica que, sin duda, se aparta tanto de una mirada canónica como, igualmente, del imaginario colectivo tradicional en relación a la visión de la historia, se torna necesario que fundamentemos nuestra posición; con ello establecemos, a la vez, el marco conceptual del trabajo.

Objetivo fundamental lo constituye, también, a título de ejemplo inmediato, transferir esos principios al estudio de la realidad provincial para lograr una perspectiva más inclusiva y globalizadora que la simple visión sectorial y cronológica que se maneja normalmente.

Punto de partida del análisis lo constituye el primer principio del conocimiento, principio raigal este, el más elemental, también el más cierto y profundo: aquel que establece que a nivel humano lo único total es la Sociedad. Ello implica que toda acción y relación está contenida en ella; le tributa, depende, y es función de la misma. Ningún análisis, ninguna investigación, ninguna propuesta, puede pretender verosimilitud si ignora esta verdad basal, este dos más dos son cuatro del saber. Por otro lado la sociedad constituye un sistema, asunto que podemos considerar segundo principio; y ser sistema significa que compone un complejo de relaciones, que se da entre los hombres y entre los hombres y las cosas Y en esa realidad, macro y sistémica, los hechos que suceden pueden ser mirados desde dos distintas perspectivas: desde aquellos factores básicos que organizan a los seres humanos con sentido de permanencia en el tiempo, para conformar, así, la sociedad, como lo grupal, lo relacional, lo estructural, lo global (es decir, toda forma de institución, sistema productivo, sistema legal, régimen financiero, clases sociales, valores, estructura de poder institucionalizada, fenómenos naturales que modifican los caracteres físicos, etc.); o pueden serlo desde aquellos que fundamentalmente inciden en las modificaciones cotidianas, transitorias, y de corto plazo de la sociedad, como lo individual, lo coyuntural, lo informativo, lo lineal con escasa capacidad de interrelación. Y a esto podemos considerarlo tercer principio (obviamente, en la realidad las diferencias entre estructura y coyuntura no se presentan tan tajantes, sino con gradaciones). La disciplina Historia, cuyo objetivo es el estudio de los procesos temporales, está sometida, como todo conocimiento, a esas directrices, y ello permite plantear, en una referencia tan simple como honda, el sentido de la misma, no por lo que dicen quienes la practican (subjetividad) sino por el rol objetivo de la disciplina en el sistema del conocimiento. Por aplicación de lo precedente establecemos entonces, como ineludible punto inicial, que el saber histórico tiene su significado más profundo, no el único pero si el prioritario y más profundo, en el conocimiento de eso total, global y sistémico, por ende relacional, del proceso temporal de la Sociedad. El saber secundario descansa, en cambio, en la mirada centrada en lo individual, lo coyuntural, lo no relacional, lo acontecimiental, lo cronológico.



II- Objetivos

En función de los conceptos expuestos el objetivo de este trabajo -contrariando las posiciones establecidas (no totalmente pero si mayoritariamente por las diversas corporaciones de la historia que, en una actitud humanamente comprensible pero conceptualmente errónea, se atrincheran tras la mirada sectorial de la disciplina)

- es mostrar:

1) que el conocimiento histórico tiene su sentido raigal en la mirada global de la sociedad, mirada que reconoce gradaciones de importancia que van desde lo que es prioritario a lo que es secundario

2) que lo prioritario de la historia es el estudio de los factores del pasado que aún influyen operativamente (espiritual y materialmente) en la organización y desarrollo de la sociedad presente

3) que el análisis del pasado que ya no influye en el hoy constituye el sentido secundario de la historia


- determinar, para el proceso histórico de la sociedad santafesina, y aplicando lo precedente:

1) las consecuencias que el nuevo modelo económico, originado por la globalización tecno-económica del último cuarto del siglo XX, produjo y continúa produciendo en ella

2) en que medida los factores históricos estructurales generados por esa globalización proyectan sus consecuencias en su futuro inmediato y mediato

Los conceptos claves a manejar en el análisis, si es que se pretende alcanzar una visión significativa del proceso histórico son, entonces: global, sistémico, dinámico, estructural, relacional, prioritario, secundario.



III- Fundamentación

1-Para entender y categorizar lo prioritario y secundario, así como para clarificar las consecuencias que un modelo económico cualquiera produce sobre una sociedad, resulta más que evidente que debe trabajarse con factores que influyen sobre esta en el largo plazo; es decir, con factores estructurales. Las cuestiones coyunturales importan, en cambio, por las modificaciones de corto plazo que producen, pero sin olvidar que carecen de capacidad para alterar la conformación de fondo de la sociedad; sólo como excepción (¿un caso entre mil?) lo coyuntural puede alterar directamente las estructuras, aunque normalmente ello se da sólo cuando ya existe un contexto general favorable al cambio; como ejemplos tenemos: el caso Carrasco, una década atrás; o medio siglo antes, el surgimiento de un dirigente como Juan Perón, cuyo liderazgo y accionar modificó hondamente la estructura de la Argentina; o cuando Carlos Sylvestre Begnis y Raúl Uranga, gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos, decidieron, en junio de 1960, dar el sorpresivo paso de construir un túnel bajo el río Paraná, terminando con una separación física paralizante, hecho que modificó de manera absoluta la vida y futuro de las ciudades de Santa Fe y Paraná. Y es obvio que sobre este tema resulta casi innecesario recordar el conocido principio establecido por Marx, siglo y medio atrás: que nunca se da un proceso de cambio profundo a menos que previamente ya estén creadas las condiciones que lo posibilitan ("Prólogo"de la "Contribución a la crítica de la economía política"- año 1859; único texto este, dentro de su inmensa producción, donde Marx aclaró, muy sintéticamente, el contenido de su teoría del cambio). A título de comprobación de ello, y como reflexión personal, agregamos: no surge una economía industrial importante en un estadio de economía agraria con alta rentabilidad; no se construyen rascacielos en un centro urbano donde hay excedente de terrenos utilizables; no surge un dictador en una democracia eficiente e inclusiva. Es sólo la existencia de agobiantes necesidades insatisfechas, de intolerantes tensiones irresueltas en el tiempo, o de disfunciones organizacionales que traban la vida y el quehacer, lo que posibilita que una coyuntura se constituya en vehículo de transformación.

El caso específico que vamos a considerar refiere a la relación globalización-sociedad, tomando como ejemplo las consecuencias que el nuevo modelo económico, desarrollado en el mundo desde la década del 70, y vigente oficialmente en la Argentina a partir de 1991, produce en el proceso histórico de la sociedad santafesina contemporánea y, además, lo que avizoramos para el futuro de la misma en función de esas fuerzas estructurales que operan desde el pasado cercano ("memoria del futuro", sugiere el agudo Lewis Carrol).

Lógicamente, en plena globalización hablar de análisis histórico de un área provincial contemporánea puede parecer desubicado, pero se trata de realizar el recorte de una realidad poseedora de características físicas y económicas propias que le otorgan una relativa unidad: compárese, al efecto, las enormes diferencias entre las características socio-económicas, naturales, y de posición geográfica, de Santa Fe y sus vecinas (Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Entre Ríos); sólo el norte de la llanura bonaerense posee una pequeña similitud, en el tipo de producción; en todo lo demás es diferente (distribución de la propiedad agraria; posición de encrucijada; decisivo carácter nodal del Gran Rosario en lo comercial, financiero, académico, industrial, y portuario, lo que le otorga jerarquía de metrópoli regional; corredores bioceánicos por Santa Fe y Rosario).

2-El paso que sigue apunta a aclarar los conceptos que conforman el entramado del problema: sociedad, globalización, historia, y, como telón de fondo, el conocimiento. El tratamiento del conocimiento es fundamental, porque con ello estamos hablando del motor del desarrollo humano. Por otro lado el conocimiento contiene y genera poder: ya simbólico, ya utilitario. Y esto es decisivo en relación con nuestro objetivo de establecer las prioridades en historia; en relación a responder a qué tipo de conocimiento histórico se debe ajustar la determinación de prioridades: ¿al simbólico o al utilitario?



a) Sociedad

Es un sistema que se entiende a partir de los elementos fundamentales interrelacionados que la componen; a saber: grupos y clases sociales, orden normativo, roles (división del trabajo). Lo que importa determinar es la razón de ser de la sociedad.

En cualquier especie animal el objetivo primordial lo constituye la supervivencia, lo que se concreta a través de la reproducción, integración, y defensa del grupo. Pero la sociedad humana muestra una diferencia abismal; mientras el resto de los seres basa esa supervivencia en la reproducción indefinida de sus caracteres a través del instinto -funcionamiento estructuralmente estático-, el proceso histórico humano se fundamenta en otros dos factores: en el uso de la razón, y en la capacidad de cambio; y entonces la reproducción, integración, y defensa se canaliza por el desenvolvimiento de una cultura que se manifiesta en hechos básicos, como, creación de conocimiento, generación de un sistema de normas, formación de instituciones, construcción de una memoria colectiva, y creciente invención y producción de bienes. Y ese transcurso va conformando, en niveles mayores de ordenamiento y expansión, eso que llamamos sociedad, la que puede ser definida como organización grupal dinámica en búsqueda constante de equilibrio y permanencia de sus estructuras materiales y espirituales. La especie humana se caracteriza, así, por la evolución y la variación; es decir, por el cambio social, donde el objetivo no es, ya, meramente supervivir sino, principalmente producir el desarrollo del grupo y satisfacer las necesidades de sus miembros. Y este proceso el hombre lo sustantiva a través de la generación de conocimientos. Por ese motivo la educación, como mecanismo de acceso metódico al mismo, comienza a tornarse crecientemente importante, hasta culminar en la institucionalización de sistemas educativos. Y, a medida que se avanza en el perfeccionamiento, profundización, y jerarquización de la educación, esa diversificación del saber se delimita a través de una división académica del conocimiento que se organiza en áreas denominadas disciplinas (Bunge-Grondona - Cervera).

Paralelamente, en ese avance la sociedad se va expandiendo funcionalmente en dimensiones separadas (lo jurídico, lo económico, lo religioso, lo social, lo educativo, lo infraestructural, lo sanitario, etc.), aunque operativamente las mismas tengan sentido sólo como parte del todo. Y aquí incluso se da el hecho, altamente negativo pero absolutamente común entre los estudiosos, que, en la medida que se progresa hacia la especialización, quienes operan con el saber de cada una de estas dimensiones particulares llegan a pensar - como consecuencia de dos actitudes propias del ser humano: el reduccionismo y el etnocentrismo- que las disciplinas son autónomas, que tienen sentido por si mismas, no en función de la totalidad a la que pertenecen. Y en Historia, tema central de este documento, esta actitud etnocéntrica y autonomizante, alcanza inusitada fuerza. Y ello importa porque entonces tiende a prevalecer, no sólo una mirada disciplinar agudamente sectorial, sino que se une a una idea predominante (que actúa aunque no se la declara) de que el objetivo de la Historia no es estudiar "el pasado" (sustantivo), sino el "pasado adjetivado"; un pasado con un calificativo implícito: el pasado "lejano". Y se da el lógico trasvasamiento intelectual, el núcleo de atención ya no es la categoría "pasado", sino la categoría "pasado lejano". Se tiene entonces un pensamiento mayoritario que valoriza lo sectorial centrado en una determinada clase de pasado, el "lejano". Nunca, o difícilmente, se incluye el estudio del pasado inmediato, ese que aún está influyendo en la realidad social, y cuyo conocimiento es, nada menos, el más auténtico aporte que la historia puede hacer a la sociedad.

Otro hecho que debe señalarse es que en esta sociedad globalizada se produce un fenómeno singular: la sociedad ya no se organiza en forma horizontal, como red que cubre en forma de malla todo el espacio físico, como ocurría en el capitalismo con base en un mercado nacional, sino que se "desorganiza" territorialmente, en el sentido de que el orden espacial se conforma según líneas (flujos) que privilegian sólo sitios ubicados rentablemente sobre ellas, y, dentro de los sitios,favorecen exclusivamente a grupos y roles sociales funcionales al modelo, originando áreas muy puntuales (geográfica y socialmente) de inclusión y exclusión de los beneficios sociales y del crecimiento, produciendo estancamiento o retroceso en el resto. Esta realidad es la que históricamente está viviendo la sociedad santafesina. Con ello estamos diciendo que la sociedad humana no es un mundo de armonía sino un mundo de intereses en conflicto donde, en una suma cero, lo que unos ganan otros lo pierden; y que este proceso se ha agudizado con la globalización. Pero lo importante es que siempre se mantiene el objetivo de búsqueda de equilibrio del cuerpo social, sólo que ese equilibrio puede tener, históricamente, niveles mayores o menores de satisfacción para una mayoría de población.

Obviamente, cuando hablamos de sociedad santafesina no lo hacemos con un criterio de sociológico de exigencias propias de una definición ortodoxa de sociedad, sino que derivamos a situar una población que vive, opera, y se siente parte de una unidad territorial, y se maneja con las normas de esa realidad política-institucional.

Como conclusión de este inciso debe rescatarse la cita de los objetivos permanentes y generales de la sociedad: el desarrollo del grupo, y la satisfacción de las necesidades de la población. Estos objetivos determinan, necesariamente, las orientaciones básicas de toda actividad social. Y califican lo que es más funcional y lo que es menos funcional para cada sociedad en cada momento histórico de la misma.



b) Globalización

Primariamente se la define como el proceso de mundialización de la economía, generado tras la II Guerra Mundial por los adelantos producidos en la electrónica con fines bélicos, y su posterior aplicación a la producción, administración, y comercialización de bienes, con lo que se dio el pasaje de los sistemas mecanizados de producción a los sistemas automatizados. El crecimiento de la globalización adquirió vigor y dinamicidad con la crisis del petróleo iniciada en 1973 ("Guerra del petróleo" declarada por la OPEP, por la abierta colaboración militar de EE.UU. e Inglaterra a Israel, durante la guerra del Yom Kippur de Octubre de 1973, que llevó a la derrota de Egipto y Siria que reclamaban las devoluciones del Sinaí y el Golan, anexadas por Israel mediante el uso de la fuerza), en que el desmesurado incremento de los precios de la energía condujo al desarrollo de equipos sofisticados, ahorradores de energía -bajo consumo y alta productividad- hasta llegar a la robotización. Posteriormente el fenómeno afectó a todas las dimensiones de la sociedad, más visiblemente a la política, a la organización espacial, y a los valores y costumbres. Hoy el mundo, en mayor o menor medida, se organiza en base a este modelo.

La emergente forma económica halló su basamento cultural en un profundo cambio ideológico en lo que hace a organización de la Sociedad y funciones del Estado, con el pasaje de la sociedad regulada a la sociedad denominada desrregulada (en realidad regulada por el Mercado), y del predominio del Estado Benefactor al predominio del Mercado con retroceso funcional del Estado (Rosanvallon). En términos generales y estructurales se puede sintetizar lo precedente recordando que constituyó el pasaje de la sociedad moderna a la sociedad informacional y postindustrial (Garreton- Tedesco).

En nuestro país la globalización se estableció oficialmente a partir del 1/4/91, con la ley conocida popularmente como de "Convertibilidad", que constituyó la aplicación de los principios del Consenso de Washington: apertura económica hacia el mundo en competencia abierta, privatización de las actividades económicas realizadas hasta entonces por el Estado, estabilidad monetaria, flexibilización laboral, desregulación de todas las actividades.

En lo que hace a nuestro caso, las fuerzas globalizadoras que influyen en la reorganización de la sociedad argentina y santafesina están dadas por:

1- El pasaje de la forma de producción y trabajo mecanizada a la forma de producción y trabajo automatizada, y, también, a la aceleración del tiempo y unificación de los espacios, hechos estos generado por el avance tecnológico: desarrollo satelital, Internet. (Veltz, Giddens, Lash y Urry),

2- La creación de un mercado mundial. A raíz de la apertura de las economías nacionales se incrementó superlativamente el comercio entre países, lo que llevó a la reorganización de los espacios físicos, no sólo de producción sino también de tránsito en función de eficiencia y rentabilidad: la capacidad de competir en ese mercado mundial se tornó determinante. Las localizaciones de producción, y el privilegiar determinadas vías de transporte en el territorio, con la consiguiente concentración de energía sobre ellas, pasó a depender, entonces, de las conveniencias del mercado mundial, no de los intereses nacionales o regionales (Veltz - Cervera).

A nivel físico el espacio se organiza en función de flujos que crean redes con nudos de concentración de energía (producción, comercio, finanzas, conocimientos, comunicación, población), líneas gruesas que unen los nudos, y líneas cada vez más débiles a medida que se alejan de los mismos.

Entonces: la ubicación geográfica de la producción local capaz de competir en el mundo, líneas de transporte ad-hoc, puertos aptos para el comercio de ultramar, y la creciente aceleración de la concentración en el nudo Rosario, serán las estructuras condicionantes del proceso histórico de la sociedad santafesina a partir de 1991, así como de su proyección futura. Este es el gran cambio espacial que se da en el territorio provincial en los últimos años del siglo XX e inicios del XXI.



c) Historia

Como cuestión general sabemos que la historia tiene como objetivo el estudio de los cambio que se dan en la sociedad a través del tiempo, pero, dada la tendencia predominante en amplios sectores de ella, de valorizar, dentro de ese proceso, lo individual e informativo por sobre lo grupal y conceptual, lo coyuntural por sobre lo estructural, y lo lejano por sobre lo cercano, esa actitud nos obliga a bucear en su sentido basal; también en cómo se puede diferenciar la categoría de los cambios. Como inicio, dado que la misma conforma una disciplina, se torna necesario comenzar por aclarar este último concepto.

Las disciplinas constituyen parcelas de la forma de acceso al conocimiento de la realidad. Digo Química y me estoy refiriendo a la estructura de la materia; digo Física y estoy hablando de las fuerzas de acción y reacción de la materia; digo Historia y estoy apuntando a los procesos temporales de la sociedad. La suma interrelacionada de estas parcelas nos da el conocimiento global.

¿Cuál es el sentido de las disciplinas? ¿Cuál era la razón del trivium y el cuadrivium, ayer (gramática, dialéctica, y retórica, por un lado, más aritmética, geometría, astronomía y música, por el otro) ?. ¿Cuál es el significado de la división del saber, hoy?. El sentido, ayer y hoy, es armar y cerrar, desde cada división sectorial, el arco del conocimiento global de la sociedad.

Las disciplinas son, entonces, formas de sistematización de cada dominio parcial, a los efectos de lograr mayor eficiencia en sus respectivas profundizaciones, posibilitando así un sustancial incremento del conocimiento total y, consecuentemente, facilitando la concreción de los objetivos de la sociedad. Y esto más allá de que el especialista sea consciente, o no, del hecho.

La disciplina historia, como visión temporal de la sociedad, es parte del sistema de conocimiento; no constituye, por tanto, un contenido autónomo; su contribución tiene sentido en función del rol sectorial que desempeña.

De lo precedente podemos derivar que el conocimiento se organiza según dos niveles:

1) uno totalizador de la realidad; global y subordinador del resto

2) otro de parcialidades, de disciplinas sectoriales y subordinadas, donde se ubica la historia

Otra cuestión a considerar refiere a la función de la historia en cuanto parcela del conocimiento.

En la medida en que es parte de un sistema su sentido se subordina al de éste, dado que las partes se entienden por el todo y no el todo por las partes. Por tanto, y reiterando, los objetivos de la historia se relacionan con el tributo que, como conocimiento sectorial, es capaz de realizar para el logro de los objetivos de la sociedad. A partir de esto podemos jerarquizar sus funciones, diferenciando lo prioritario de lo secundario, y responder al interrogante: ¿cuándo serán mayores sus contribuciones?. Lo que estamos considerando es, entonces, una cuestión de fondo, insoslayable: es el interrogante referido a cómo se incorpora, positiva y útilmente, el pasado al presente.

En tal sentido adelantamos una primera conclusión:

El sentido basal y prioritario de la historia lo constituye el tratamiento de los hechos del pasado donde operan fuerzas estructurales que condicionan el hoy, y que hacen a los objetivos básicos de la sociedad: reproducción, integración, defensa.

Su sentido secundario lo constituye el estudio de los hechos del pasado que no aportan a los objetivos básicos, y a la comprensión de los problemas vigentes de la sociedad.

Es decir, el conocimiento histórico, como cualquier otra dimensión social, no es uniforme, lineal, ni parejo; está sujeto a categorizaciones, y una de ellas refiere, precisamente, a establecer diferencias de valor entre los fenómenos, tales como los citados respecto a la existencia de hechos que son prioritarios y otros que son secundarios.

A título aclaratorio, cuando hablamos de estructura nos referimos a formas y relaciones sociales dinámicas e interdependientes, estables en el mediano y, aún, largo plazo, que conforman carriles para la acción de los seres humanos, tales como: organización del poder, régimen de propiedad de los medios de producción, legislación, sistemas administrativos, tendencia de manejo del dinero bancario, dependencia del exterior, vías de transporte, forma de distribución de la riqueza, concentraciones urbanas, tecnología, medios masivos de comunicación y difusión, tendencias de ahorro y consumo, valores sociales. Un hecho importante, aunque sólo lo vamos a citar, es que entre cada tipo de estructura y sus actores se da homología, es decir, similitud de comportamiento: así, a título de ejemplo, las estructuras socio-económica agrícolas generan valores particulares propios, muy distintos a los de otras estructuras, por ejemplo ganaderas o industriales. El hecho interesa, en relación a lo nuestro, por las diferentes tendencias a la inversión y crecimiento que ello supone.

¿Porqué Santa Fe, sociedad terciaria, de crecimiento vegetativo, basada económicamente en la administración, los servicios, y el comercio, tiende a orientar sus inversiones, casi exclusivamente, a lo inmobiliario y al entretenimiento? ¿Y porque Rafaela, Rosario, Esperanza, lo hacen, histórica y sistemáticamente, hacia industria?¿Qué diferencia de homología hay entre ellas? Lo importante es que, amén de producirse homología, una vez que esta se establece tiende culturalmente a reproducirse en el tiempo: y ello es decisivo en orden al crecimiento de cada sitio, en orden a la forma de utilización del capital. Esta cuestión, que dejamos sugerida, puede ser útil considerarla cuando se analizan históricamente las distintas áreas de la provincia.



d) Función del conocimiento

El objetivo de este apartado no refiere al problema epistemológico de las formas de acceso al conocimiento; nuestra preocupación es más específica y honda; hace a la función. En tal sentido recordemos, en primer lugar, que el conocimiento es la base en que descansa el proceso civilizatorio; segundo, que constituye un elemento utilitario que, como todo en la sociedad, se justifica por su función, y esta no es individual sino social. Y en tal sentido seguramente no hace falta recordar que la sociedad no se entiende por el individuo sino el individuo por la sociedad. En este horizonte enfatizamos la pregunta que constituye nuestra preocupación: ¿Cuál es la función raigal del conocimiento? Nuestra opinión es que su función es operar para el logro de los objetivos cardinales de la sociedad, es decir:

1) supervivencia;

2) desarrollo del grupo;

3) satisfacción de las necesidades de los miembros.

¿Puede pensarse en algo más decisivo que esto que hemos señalado precedentemente? Creemos que nada puede estar por encima de ello. Y que los estudiosos de las distintas disciplinas no tengan en cuenta esta razón ética del saber no disminuye su validez intrínseca, validez que reivindicamos por cuanto constituye, además, la base epistemológica de nuestra hipótesis de fondo sobre las prioridades en el estudio de la historia.

Dentro de esto, ¿cuál es el rol del conocimiento sectorial histórico? Obviamente, el sentido de la Historia, en cuanto parte primaria y coherente de ese sistema de conocimiento, está dado por su aporte a la resolución de los mismos objetivos centrales y permanentes del sistema. Esto constituye un principio director que, a partir de conocer el sentido del conocimiento, ningún estudioso puede, honestamente, negar. Es decir, entonces, a manera de conclusión parcial:

- el conocimiento es un sistema constituido por partes que llamamos disciplinas: la historia es una de ellas

- función básica del conocimiento es concretar los objetivos constitutivos de la sociedad: supervivencia desarrollo, y satisfacción de necesidades materiales y espirituales del grupo; función de las disciplinas es aportar al logro de esos mismos objetivos

- Correlativamente, la historia como disciplina particular encuentra su sentido y justificación en el aporte que, desde la categoría tiempo, realiza a dichos fines.

Lo precedente es sustancial porque nos permite ubicarnos, con precisión, en la evaluación conceptual del conocimiento histórico en orden a tratar de responder el interrogante decisivo: ¿cuándo será más significativo, o menos significativo, ese conocimiento?

Pensamos que será más importante cuanto más atienda y aporte -en base a la ubicación de elementos operativos del pasado aún vigentes en su influencia, y transferibles al presente y al futuro- al objetivo de integración, desarrollo social y satisfacción de necesidades; será menos significativo en cuanto se reduzca sólo a información del pasado. Además, recordando que la realidad se conforma por la acción combinada de elementos estructurales y coyunturales, es indudable que el aporte que la historia puede realizar será también mayor en la medida en que trabaje con factores estructurales que organizan a la sociedad en el largo plazo, y será menor cuanto más opere con factores coyunturales o individuales. Podemos entonces ahora establecer una conclusión amplia, aún reiterando conceptos:

En el conocimiento histórico lo prioritario es lo que se relaciona con el tratamiento de elementos estructurales del pasado que aún intervienen en el presente (lo que les reconoce un matiz genético a los mismos, matiz generador de acciones), de manera que ello sirva para el cumplimiento de los objetivos básicos de la sociedad; secundario, en cambio, es el conocimiento que se reduce a información del pasado que ya no influye en el presente. Ambas escalas importan socialmente, pero hay gradación y profunda diferencia de significación entre ambas.

Por último, dijimos anteriormente que el conocimiento puede otorgar poder simbólico o poder utilitario: la importancia de la distinción radica en que ellos se relacionan con distintas orientaciones valorativas. El poder simbólico se relaciona con el conocimiento histórico secundario, y se centra en la valorización de la mirada tradicional, de lo estático, de "lo que fue" (tradiciones, hechos militares, ceremonias, apellidos de familias poderosas del ayer, los símbolos por los símbolos); el conocimiento histórico prioritario se interesa, en cambio, por el poder utilitario, y por lo que este puede aportar a la comprensión, y, aún, solución de los problemas contemporáneos del hombre y la sociedad.

Nos centraremos, entonces, en el objetivo específico de trabajar el conocimiento histórico prioritario de la sociedad santafesina actual: es decir, determinar la influencia del nuevo modelo económico que opera sobre la misma. El plano que vamos a manejar es el de las estructuras vigentes: de cómo cambian, cómo se interrelacionan, y cómo se proyectan. No ignoramos, obviamente, la existencia e importancia de las coyuntura, pero aquí y hoy nuestro objetivo es otro; es mostrar de que manera la globalización modifica las estructuras, generando nuevos equilibrios espaciales y nuevas formas de distribución de las oportunidades y de la riqueza, y cómo estos cambios estructurales influyen en el futuro de la sociedad santafesina.



SEGUNDA PARTE


Desarrollo


I. Introducción

Nuestro universo de análisis se centra sobre la sociedad que vive en el territorio de la provincia de Santa Fe (república Argentina), territorio cuya extensión alcanza los 133.000 km2, poblado por 3.000.000 de habitantes (Censo Nacional de Población, 2001), y que geográficamente se inscribe en la llanura pampeana, con un tercio de su superficie inserta en la región climática pampeana templada (parte sur), y dos tercios de su superficie en la región subtropical (parte norte).

En el último cuarto de siglo el cambio climático ha producido una modificación profunda en los caracteres físicos de la provincia y en sus capacidades ecológicas agrícolas. Hasta 1970-80, aproximadamente, se reconocían tres áreas bien definidas: el norte subtropical, el sur templado, y el centro como área de transición entre ambas (mapa N°1). A partir de ese entonces el clima subtropical comenzó a desplazarse meridionalmente, y hoy se sitúa, aproximadamente, 200 kms más al sur. Así el clima subtropical, que entonces tenía su límite sur en una línea imaginaria que corría de Tostado a San Javier, hoy se establece en otra que, tentativamente, puede ubicársela de Sastre a Coronda. De esta forma la capital de la provincia, que se ubicaba en zona templada de transición, hoy lo hace en zona subtropical: no en balde en la última década se registraron en ella sensaciones térmicas de temperaturas desusadas, que alcanzaron hasta los 52° C.. Incluso, tomando un ejemplo del medio natural, un cuarto de siglo atrás el árbol conocido popularmente como "Chivato", oriundo de zona tropical y subtropical, no crecía en Santa Fe a menos que se lo protegiera con extremos cuidados en la estación invernal; hoy, y desde hace una década, el Chivato crece con toda normalidad en las calles de la ciudad. Y el cambio climático sufrido por el área importa porque se ha generado (no sabemos si conjuntamente o separadamente) un cierto desequilibrio que influye en la economía agrícola de la zona, ya por exceso de agua ya por déficit hídrico. Las estadísticas de lluvias de los últimos años muestran estas anomalías tan negativas.

A nivel de vías de transporte el mapa N° 2 señala la privilegiada ubicación de las zonas central y sur para la relación interoceánica este-oeste, en el extremo meridional de América, y la posición excéntrica en que ha quedado el norte provincial, con las negativas consecuencias en lo económico que ello implica.

Metodológicamente vamos a trabajar con las estructuras más importantes del territorio provincial, para determinar sus cambios a raíz de la aplicación de un nuevo modelo económico, y la influencia de ello sobre la sociedad. Las estructuras son invarianzas (como las denomina Edgar Morin), creadas mayoritariamente por el hombre, que influyen sobre los individuos a la vez que los individuos las modifican, en un proceso de ida y vuelta; mientras están vigentes influyen en la sociedad toda, y determinan beneficios y pérdidas, canalizados de manera sectorizada, según grupos, clases, actividades, áreas espaciales. Puede resultar útil recordar que cuando trabajamos con micro historia, y con historia próxima al diario vivir, lo importante son las coyunturas, pero a medida que nos alejamos de ese horizonte, y nos acercamos a un plano macro, a un sistema, lo que cuentan son las fuerzas permanentes, las estructuras.

A nivel temporal nos centramos en el universo que surge con la aplicación oficial del modelo económico de la Globalización en nuestro país: es decir, 1991. Y el interrogante de fondo es: ese modelo, ¿generó modificaciones básicas en las estructuras de la provincia, en la organización del espacio, en las distintas posibilidades de desarrollo de cada área?



II- Factores estructurales en Santa Fe:

¿Cuáles son las principales estructuras actuantes en la provincia? A nuestro juicio la lista puede ser:

Estructuras materiales:

a.1: Organización del espacio, considerando: los elementos Naturales, la infraestructura vial, y la localización industrial

Estructuras de organización Social:

b.1: Propiedad rural

b.2: Representaciones sociales: Gremios y Partidos Políticos

Estructuras sociales:

c 1: Clases sociales

c 2: Instituciones administrativas ligadas a funciones sociales: justicia, educación, seguridad

c-3: Religión

De estos factores los que han sufrido más cambios por influencia de la globalización son: la organización del espacio, la propiedad rural, y las representaciones sociales, incluyendo las clases. Estos tres son los que vamos a desarrollar, en razón de su representatividad como fuerzas organizadoras de la sociedad.



1- Organización del Espacio:

1- Hablar de organización del espacio es referirse a cómo se ordena la sociedad en sus manifestaciones más permanentes, y en la doble relación de los hombres con el medio y de los hombres entre sí. Es decir, el espacio es un campo de relaciones en el que interactúan seres, acciones, y objetos; donde importa la interrelación dinámica permanente que se da entre hechos tales como, p. ej.: las tendencias del proceso de territorialización; la localización de la población y cómo se mueve en el tiempo; dónde se producen bienes y en que volumen; los centros urbanos existentes, su calidad y magnitud; las vías de transporte; el tipo e intensidad de conexión de la sociedad con el espacio mayor en que se inserta; los flujos financieros; el sistema de normas vigente; las creencias y valores que determinan formas y actitudes de vida; el manejo del poder político, etc.

¿Qué cambios, y porqué, se dieron en la Organización del Espacio santafesino en los últimos años y, consecuentemente, en las posibilidades regionales de desarrollo? Hablar de esto es referirse a un acelerado proceso de reterritorialización en que el espacio se va a reacomodar, con gran velocidad, frente a la acción de las fuerzas del nuevo modelo, y donde sobresalen dos factores actuantes;

- uno determinante, de acción muy rápida, dado por la posición geovial de cada sitio en el sistema de transporte del comercio mundial.

- otro importante pero no tan determinante, dado por la capacidad de cada sitio para producir bienes transables rentables en una economía abierta al mundo, y que se halla mediatizado, precisamente, por su ubicación con relación a las grandes rutas de transporte.

Para determinar cómo se organizó hasta hace pocos años el espacio provincial, y los cambios producidos últimamente, conviene comenzar por los factores naturales condicionantes de la actividad humana, donde deben destacarse dos elementos decisivos en su pasado y en su presente y, sin duda alguna, también en su futuro: el clima y el río Paraná.

2- Nuestro análisis parte, necesariamente, de las miradas clásicas sobre el territorio provincial, basadas fundamentalmente en lo climático, donde se tienen tres grandes zonas, que detallamos: Norte, Centro, y Sur. Pero, dado que esta clasificación es geográficamente incompleta, introducimos un agregado: entre el Centro y Norte hay una franja ecológica de transición, constituida por los departamentos San Cristóbal, en particular, y oeste y este de San Justo (en el centro de este Dpto existe, en cambio, una estrecha franja norte-sur con condiciones edáficas muy favorables que se ubica exactamente por donde corre la ruta Nacional N° 11.

- El Norte, de clima subtropical, carece de conexiones este-oeste; su espacio se organiza en sentido norte-sur, en particular sobre la ruta 11, en el este húmedo del área (única zona donde se practica agricultura y predominan propiedades de tamaño mediano); el inmenso resto del territorio es semiárido, escasamente poblado, con predominio de grandes propiedades. Desde lo natural sus tierras ofrecen, como riqueza, sólo producción de ganadería extensiva. El algodón y la caña de azúcar, importantes hasta 15 años atrás, no pueden competir hoy en un mercado abierto en la medida en que la región es ecológicamente marginal para ambos cultivos (Papadakis), y sus productividades, y consiguientes rentabilidades, son bajas; ambas carecen, por tanto, de capacidad de dinamización territorial; sus respectivas producciones sólo pueden mantenerse como cultivos de subsistencia, y esto incluso en la medida que reciban ayuda del Estado, ya fiscal ya financiera; la excepción es una pequeñísima área noroeste del árido Dpto 9 de Julio (Villa Minetti), apta para algodón de buena calidad. En toda la inmensa región norte el único elemento dinamizador está dado por la actividad industrial del polo Reconquista-Avellaneda. En cuanto a vías de transporte la insuficiencia es abrumadora y determinante. No existen rutas ni puentes en el sentido este-oeste, de tal manera que, tomando por ejemplo Reconquista, para el transporte por camiones hacia el sur hay que recorrer 330 kms hasta la ciudad de Santa Fe, y recién de allí salir hacia Córdoba (oeste) o hacia Paraná (este), o, para ir hacia el norte, hacer 230 kms hasta Resistencia y salir a Salta o Corrientes. Es decir que a lo largo de 550 kms norte-sur el área carece de salida tanto hacia el oeste como hacia el este. Esta carencia de vías de transporte, y el costo implícito en ello, resulta decisiva desde el punto de vista de la inserción en el comercio mundial.

- Área de transición: carece de las cualidades naturales que caracterizan, tanto al norte como al centro; y ocurre entonces que no es apta para algodón y caña de azúcar, pero tampoco lo es para trigo, ni tiene buenos rendimientos en oleaginosas. Climáticamente se inscribe en un paisaje semiárido en su sector oeste, con algunas subáreas muy aptas (en particular una línea norte-sur que podemos ubicar desde Villa Trinidad hasta San Guillermo), y un sector este de baja calidad de tierras; en San Justo se presenta también una delgada línea fértil sur- norte, enclavada sobre el "lomo oriental" de la provincia, sobre la que corre la ruta nacional N° 11, que, viniendo desde el sur llega hasta la altura de Margarita, y donde la ganadería muestran muy buenos rendimientos y los cultivos se desarrollan en niveles aceptables, pero donde a los costados este y oeste de esta angosta formación los terrenos degradan en forma extrema y presentan cotas muy bajas e inundables.

- El Centro, de clima templado hasta hace pocos años, y hoy ya incluido en el subtropical, pivotea sobre la ciudad capital. A partir de la inauguración del túnel subfluvial Santa Fe-Paraná, en 1969, el Centro cuenta con una posición este-oeste de excelencia, que resultó decisiva para su integración al sistema de la globalización después de 1991, tanto por su rol en el sistema de transporte como por su capacidad de producción de dos bienes rentables y competitivos en el mercado mundial (leche y soja). Posee una actividad industrial mediana, pero con altísimo grado de localización puntual (Rafaela, Sunchales, Esperanza). Negativo, en cambio, es el hecho de que el puerto de la Capital, que hasta fines de la década del 70 poseía relativa importancia, se tornó obsoleto por falta de calado para los ultramarinos del presente.

- El Sur, con clima templado, localizado sobre una de las cinco praderas más fértiles del mundo (Europa central, Ucrania, Medio oeste de EE.UU., China, y la pampa ondulada argentina), superlativamente apta para cultivo de cereales y soja, y producción y engorde de ganadería refinada. Conectada por grandes rutas con los cuatro puntos cardinales, vio incrementada ventajosamente su posición a partir de 1994 por la instalación de puertos privados con un calado aceptable para el transporte marítimo y, después del 2004, por la construcción del puente Rosario-Victoria, que permite la vital conexión este-oeste. Cuenta, además, con una preeminente actividad industrial, localizada sobre el Gran Rosario.



Mapa Nº1

Mapa Nº 2



2-Infraestructura de transporte en la organización del espacio santafesino.

En el proceso reseñado precedentemente jugaron un papel decisivo los cambios producidos en la infraestructura vial y portuaria como respuesta local a la creación de un único mercado mundial. Corresponde señalar, en tal sentido, que desde fines de la década del 80, a raíz de la creciente apertura de las economías nacionales, se produjo un extraordinario incremento del comercio en la dirección este-oeste, generando nuevas rutas de tránsito que, para América del Sur, pasaron a denominarse corredores bioceánicos en razón de unir el frente industrial Atlántico con los puertos de aguas profundas del Pacífico (Valparaíso, Antofagasta, Arica) para así llegar a los mercados asiáticos y a California. En la Argentina existen cuatro corredores: dos pasan por la provincia de Santa Fe (en el centro de la provincia el que une Brasil con Paso de los Libres, Santa Fe, Mendoza, Valparaíso; al sur el que une Brasil, Paso de los Libres, Victoria, Rosario, Valparaíso); de los otros dos uno es el que une Buenos Aires con Valparaíso, y el restante va del frente industrial brasileño a Santo Tomé, Posadas, Resistencia, Jujuy, Jama, Antofagasta. Los productos primarios de gran volumen que se exportan (gramos, aceite, carne) se siguen llevando por barcos que recorren los circuitos habituales (directo a Europa, o dando la vuelta por el sur de la Argentina, o bordeando Africa), pero los productos manufacturados, con alto valor agregado, se envían por camión hacia los puertos chilenos, de donde embarcan hacia su destino, o donde descargan los bienes industriales que llegan de aquellos mercados con destino a la Argentina o Brasil. El área norte quedó sin conexión con las grandes rutas de transporte, y muy alejada del corredor bioceánico central que pasa por el túnel subfluvial, y del otro corredor que, uniendo Sao Borja (Brasil) con Santo Tomé (Corrientes) y Posadas, cruza por Resistencia y Jujuy (paso de Jama) hacia Chile. Esto constituye un hecho negativo casi imposible de superar, a menos que el área norte reacomode su sistema productivo orientándolo a la producción de bienes con alto valor agregado, sobre los que influye muy poco el costo del transporte.

Los corredores son rutas por donde puede transitar ese tráfico pesado, deviniendo en líneas de fuerza que incrementan energía no sólo mediante su propia actividad sino también a través de la absorción de actividades y población de las áreas alejadas, restándoles a estas capacidad de crecimiento. Por dicha razón es que, desde la década del 90, el Norte santafesino quedó geovialmente desubicado y al margen de las posibilidades de desarrollo. En cambio el centro y el sur se vieron altamente beneficiados por su posición geográfica (corredores bioceánicos y puertos). Esto es más notorio para el sur por la existencia de un calado que permite el ingreso de ultramarinos hasta Puerto Gral San Martín: 32 pies de calado, frente a los 23, como máximo, del puerto de Santa Fe, y ello exclusivamente sólo en los períodos de creciente del Paraná, de enero a marzo. Santa Fe tiene, en cambio, el beneficio del túnel Subfluvial, que la conecta con Entre Ríos y Brasil, aunque, desde el punto de vista de la repercusión en cuanto a generación de actividades y fuentes de trabajo, el impacto de los puertos del sur es infinitamente superior al del túnel.

De esta manera, desde el ingreso del país a la globalización, el espacio físico se organiza en forma lineal sobre las grandes rutas de tránsito, respondiendo a un modelo de acumulación del capital que ya no privilegia el mercado interno sino, contrariamente, el mercado internacional y sus conexiones este-oeste. Los centros y áreas que crecen son los que se localizan sobre esa red de transporte (Cervera).

Otro hecho infraestructural que se agregó para generar, e incrementar superlativamente el cambio, fue la creación de puertos privados a partir de 1994, dentro del proceso originado por la aplicación del nuevo modelo económico. Dichos puertos nacieron, en su totalidad, en el sur de la provincia, en el área del Gran Rosario, zona de calado natural profundo por hallarse en el extremo noreste del levantamiento geológico que originó, por un lado a la pampa ondulada, y por el otro las elevadas barrancas que se extienden desde la boca del Carcarañá hasta la ciudad de Buenos Aires. Esto motivó el traslado de las grandes empresas aceiteras del país a dicha área portuaria, entre las que se cuentan las dos localizadas, hasta entonces en la zona norte, en Reconquista-Avellaneda, y que en este lugar dejaron sólo un pequeño volumen de actividades, con el consiguiente impacto negativo (industrial, financiero, laboral) para el lugar.

Estos hechos han modificado profundamente el mapa provincial, y continúan y continuarán haciéndolo al generar una notable confluencia vial portuaria en el citado punto de la provincia.

Conceptualmente, a los efectos de ubicarse operativamente, es importante recordar que en todo espacio, cualquiera sea la naturaleza de este, hay siempre un monto de energía, y, a menos que ingrese energía extra del exterior, si parte de esa energía se concentra en un punto, el resto del espacio pierde energía, en la misma o quizás mayor proporción; y esto es decisivo en la Santa Fe de los últimos años, porque el tiempo (tiempo tecnológico, tiempo financiero, tiempo vial), que se acelera con la globalización, se mueve (por acción de los factores premencionados) cada vez con mayor velocidad en el área sur en lo que hace a captación de energía. Como ejemplo tenemos que en 1990 los puertos del Gran Rosario exportaron 9.763.411 toneladas, pero pasaron a 41.00.000 de toneladas en el 2003, concentrando el 76 % del total de exportaciones de granos, aceites, y otros subproductos de la agroindustria granaria de todo el país; paralelamente el puerto de Santa Fe exportó en 1990 apenas 119.480 toneladas, y en el 2003 bajó a sólo 60.194 (incluso en el 2004 exportó la ínfima cifra de 26.685 toneladas, volumen con el que no alcanza siquiera a llenarse la bodega de un único ultramarino). En 2003, los puertos ubicados en los apenas 20 kms que median entre San Lorenzo y la localidad de Pto Gral San Martín, exportaron 29,2 millones de Toneladas (sumaron el 32 % de los granos del país, el 64 % de aceites, y el 75 % de subproductos, totalizando el 54, 3 % del total de los embarques argentinos de granos y subproductos). Estas cifras dan clara idea del notable rol organizador de actividades que juegan, en este modelo globalizado que opera en función de los mercados mundiales, las vías de transporte bien ubicadas en el sistema mundial de comercio, la capacidad de atracción de energías y concentración de actividades que desarrollan, absorbiendo fuerzas de otras áreas que económicamente no logran insertarse en el modelo a raíz de que sus producciones no son demandadas, o no son competitivas en el mundo: casos del azúcar y del algodón del norte santafesino.

Por otro lado, para el área sur es obvio que el puente Rosario- Victoria (inaugurado a mediados del 2004) acelerará, por su carácter estructural de "flujo" en el esquema espacial del comercio mundial, el proceso de concentración. El norte cuenta sólo con el puerto de Reconquista, importante a nivel local pero que, por su dimensión, y el volumen y tipo de producción de su área de influencia, no pesa en los intereses del transporte mundial.

Los hechos precitados determinaron la dirección del proceso histórico de la provincia en la última década del siglo XX, y van a continuar configurando la forma futura de organización de la sociedad santafesina en lo mediato. Debe señalarse, además, que entre norte y sur se da la clara vigencia del principio de contradicción (no nos referimos al principio de la dialéctica marxista, sino a algo más simple: la contradicción del tipo acción y reacción, que naturalmente se da siempre que una fuerza se pone en marcha): los mismos factores que producen gran crecimiento en el sur (aplicación del nuevo modelo económico, capacidad de producción del medio natural, río de calado profundo) son los que provocan retroceso en el norte. Esto realza la importancia de otro principio básico de las ciencias sociales, el de totalidad e interrelación (interrelación que beneficia al sur y, corrrelativamente, perjudica al norte), lo que vuelve a recordarnos que la comprensión de los hechos exige analizarlos, siempre, como parte de una totalidad y nunca como hechos aislados. Los problemas del norte santafesino no se comprenden si se los toma aislados del resto del espacio al que pertenecen.



Resumen parcial sobre "organización del espacio"

¿Qué consecuencias produjo la globalización en las estructuras materiales de Santa Fe?

- El norte de la provincia perdió las posibilidades que poseía en el anterior modelo de mercado nacional, y retrogradó territorialmente. Quedó absolutamente desubicado a nivel geovial y con mínima producción ubicable en el comercio mundial, generándose así un cambio cuantitativo y cualitativo negativo.

- El centro, en función de su capacidad de producción de bienes agropecuarios exportables (leche y soja), continuó creciendo, mostrando sitios puntuales de intenso desarrollo económico-social (Rafaela, Sunchales, Esperanza), generados estos, sin ninguna duda, por los valores de una tradición inmigratoria centrada en una cultura de producción y trabajo que se mantuvo en el tiempo. El puerto, corazón de la vía fluvial de transporte del área quedó obsoleto, con lo que la ciudad capital perdió esa antigua fuerza de dinamización que había jugado un papel decisivo en su vida a lo largo de trescientos años

- El sur se encuentra, en lo geovial, extraordinariamente bien ubicado para captar la producción del centro y norte del país, en particular después de la creación de los puertos privados (1994), y posteriormente con la construcción del puente Rosario-Victoria, que ignificó establecer un nuevo corredor bioceánico de extrema importancia futura cuando se concrete la correcta unión vial con Uruguay y Brasil. Punto nodal de una de las llanuras más ricas del mundo, con producción agropecuaria exportable, y de muy altos niveles de rentabilidad, se reterritorializa positivamente en todas las dimensiones, absorbiendo energías: transporte, comercio, exportaciones, inversiones industriales, actividades académicas y sociales, nuevas conexiones espaciales. En esta área se da un cambio cuantitativo y cualitativo positivo, y su revalorizada posición de encrucijada la ha convertido en un sitio privilegiado del territorio nacional.

En lo que hace a estructuras materiales en el total provincial actuaron, entonces, una estructura natural, dada por la existencia de un gran río navegable, y otra artificial creada por el hombre: las vías y medios de transporte en respuesta a un fuerte estímulo externo. Estas fuerzas modificaron profundamente las realidades y posibilidades existentes de las poblaciones según su localización geográfica con relación a las mismas. También delinearon su futuro inmediato. Y estos cambios, tanto del presente como de dirección del porvenir, no obedecen a coyunturas sino a cambios estructurales producidos en la sociedad como réplica a un nuevo modelo económico mundial. Sólo la modificación de ese modelo (ya por fuerzas externas, ya por una acción interna coherente, profunda, y sostenida en el tiempo), permitirá generar nuevos cambios en el espacio, modificando o profundizando la actual situación. Lo que nos interesa señalar es el peso de las estructuras en la dirección de los procesos históricos; en este caso procesos de la sociedad santafesina.

Los hechos que hemos reseñado muestran que en el espacio provincial la globalización produjo, no sólo un cambio cuantitativo sino, en una escala de lo más permanente, de aquello que hace a la generación de actividades y funciones sociales en el largo plazo, originó un cambio cualitativo, un salto cualitativo, en la medida que estableció nuevos parámetros para el crecimiento y la satisfacción de necesidades de la población según su localización espacial, ubicando de manera privilegiada a algunos y desubicando profundamente a otros.



3- Estructuras de organización social: propiedad agraria y organizaciones sociales


Propiedad agraria

Otra estructura profundamente modificada por el nuevo modelo económico fue el de la propiedad agraria. La obligación de competir en el mundo, a raíz de la apertura de la economía con la Ley de Convertibilidad, obligó a la búsqueda de eficiencia para disminuir costos y poder, así, afrontar la lucha por los mercados.

A nivel agrario la forma de incrementar los rendimientos operativos pasa por dos ítems:

1) incorporar tecnología (genética y mecánica) y, ii) disminuir costos fijos aumentando eltamaño de las explotaciones. El mayor tamaño facilita, a su vez, la incorporación de tecnología dado que las mismas, en razón de su gran eficiencia, requieren escalas mayores de superficie para operar rentablemente. A partir de la apertura económica (1991) el campo argentino utilizó ambos medios; nos interesa aquí el segundo de ellos (tamaño) en razón de que constituye un elemento estructural, con sentido de permanencia, mientras que la tecnología es coyuntural, variable.

La comparación de los datos de los dos últimos Censos Agropecuarios (años 1988 y 2002) muestra lo que ocurrió. Antes debemos recordar que al quedar incorporados a un mercado abierto, en que se debía competir con el mundo, y dentro de un esquema de cambio fijo donde el valor de la moneda no se modificaba (uno de los principios del Consenso de Washington, aplicado en la Argentina, es "mantener el valor de la moneda") pese a la existencia de inflación interna, los pequeños productores (en particular los de cereales, oleaginosas, y leche) se encontraron con el desafío de incorporar tecnología de punta, de muy alto costo, en una situación de falta de escala de sus explotaciones. Ello los colocó en un callejón sin salida, generando una situación de extrema dificultad para sobrevivir. Surgieron entonces dos alternativas: primeramente endeudarse, esperando poder recuperar, en el tiempo, lo invertido; segundo, venta de la propiedad. Ambas situaciones se manifestaron más notoriamente en la zona central de la provincia, de antigua colonización, donde históricamente se había dado una gran subdivisión de la tierra, y consecuentemente, predominaban propiedades de tamaño pequeño y mediano. La realidad mostró que los pequeños propietarios que se endeudaron no pudieron afrontar el posterior pago de la deuda. El proceso reseñado llevó a la materialización de uno de los dos principios básicos de la globalización: el de concentración como consecuencia de la desaparición de miles de productores. En este caso concentración de riqueza y de medios de producción agrarios en menos manos.

En el cuadro N° 1 se puede apreciar, cuantitativamente, el proceso de:

1- desaparición de propiedades; por consiguiente, de concentración de la tierra a través del aumento de tamaño de las propiedades.

2- mayor índice de dicho fenómeno en los departamentos centrales: La Capital, Las Colonias, Castellanos, San Jerónimo, San Martín, grandes productores de dos bienes altamente competitivos en el mundo: leche y soja, y donde, en particular en los tres primeros, históricamente se ha tenido predominio de pequeños propietarios.

3- en las zonas no productoras de bienes capaces de competir en el mundo, con previa existencia de grandes propiedades, la tendencia al crecimiento de la concentración es sustancialmente menor en razón de que allí ya predominaba la gran propiedad: Vera, 9 de Julio, Garay, San Javier.

Es decir, cuanto mayor es la capacidad de una zona para producir bienes capaces de competir en el mercado mundial, y cuanto mayor es la proporción de pequeños productores, mayor es la concentración de la propiedad y la desaparición de pequeños propietarios (zona Central: La Capital, Las Colonias, Castellanos, San Martín). En cambio, en zonas también productoras de bienes exportables, pero donde históricamente ya eran mayoría las propiedades grandes o medianas, el proceso de incremento de la concentración es, obviamente, menor (caso del sur).

Resumiendo:

- en la zona central la concentración de la tierra alcanza niveles extraordinarios; la disminución del número de empresas promedia entre el 30 y el 36 %, y el aumento del tamaño de las propiedades oscila entre el 40 y el 120 %. Las 11.638 propiedades que había en 1988 se reducen a sólo 6.770 en el 2002, con desaparición de 4.868 explotaciones; una casi increíble caída del 71 % de las propiedades.

- en la zona sur, tradicionalmente constituida por explotaciones de mayor tamaño, la tendencia a la concentración de la tierra también es muy alta, pero menor que en el centro. Las 14.392 propiedades que había en 1988 se reducen a 11.438 en el 2002; una disminución del 20%(2.954 propiedades menos, en valores absolutos) y un incremento del tamaño de entre un16 y un 40%.

- en los dos departamentos de transición entre norte y centro (San Justo y San Cristóbal) la disminución de cantidad de propiedades es del 23%, cifra parecida a la del sur; en ambos el tamaño se incrementa en un 34 %.

- en el norte, las cifras no disminuyen ostensiblemente: porque ya existía concentración, con predominio de grandes propiedades, y porque su producción no es exportable: La excepción es Gral Obligado, productor de dos bienes exportables (soja y girasol), materia prima para la producción de aceite exportable. La disminución de propiedades es el 15% (1.051 propiedades menos)en toda la zona. El aumento del tamaño es del 39 % en Gral Obligado, pero en los 5 restantes departamentos oscila sólo entre un 3,5 y un 14%.



Cuadro N° 1: Evolución del tamaño de la propiedad agraria entre 1988 y 2002


Explotaciones

CantidadTamaño Promedio
19882002Evolución1988
Has
2002
Has
Evolución
Sur:
Constitución2.1671.641(-) 24%120164(+) 36%
Gral López4.0423.031(-) 25%241337(+) 40%
San Lorenzo841844(+) 0,03%175197(+) 12%
Rosario1.7571.253(-) 29%92115(+) 25%
Caseros2.5132.218(-) 11%132153(+) 16%
Iriondo1.7851.435(-) 20%164207(+) 26%
Belgrano1.2871.016(-) 21%176223(+) 27%
Centro:
San Jerónimo1.9041.329(-) 30%175249(+) 42%
San Martín2.1421.389(-) 35%213320(+) 50%
La Capital1.229798(-) 36%134296(+) 120%
Las Colonias3.1262.122(-) 32%185286(+) 56%
Castellanos3.2372.132(-) 34%219308(+) 40%
Transición entre Centro y Norte:
San Justo1.4671.093(-) 26%346474(+) 34%
San Cristóbal2.6532.074(-) 21%480646(+) 34%
Norte:
Garay650570(-) 12%453503(+) 11%
San Javier1.050945(-) 10%504573(+) 14%
Gral Obligado2.7522.027(-) 26%354495(+) 39%
Vera1.1721.099(-)6%1.3401.463(+) 9%
9 de Julio1.0861.018(-) 6%1.1.451.186(+) 3,5%
PROVINCIA36.86228.034(-) 24%300401(+) 33%


4- Organizaciones sociales.

Los cambios en las formas y funciones de las organizaciones y las clases tras el desarrollo de la globalización, poseen caracteres comunes en todas las sociedades ordenadas según los principios del liberal capitalismo, y a ello no escapa la Argentina. Constituye, por tanto, un fenómeno genérico que afecta a Santa Fe como al resto de las provincias, aunque conviene aclarar que en ciertos lugares del país, donde mantiene relativa vigencia una cultura tradicional, pueden darse realidades institucionales que no responden necesariamente al modelo.

El proceso que genera la globalización es el siguiente:

a- el nuevo modelo es un capitalismo que opera con un escaso porcentaje de regulación estatal: con predominio de la libre oferta y demanda; fuerte ligazón y dependencia del exterior; desregulación de todas las actividades, incluido el trabajo; retroceso funcional del Estado como coordinador de la vida social, reemplazado por el Mercado, y correlativo crecimiento del peso político de las grandes empresas (Rosanvallon).

En nuestro país, con el gobierno de Néstor Kirchner se produjo un cambio relativo, aunque de tipo coyuntural hasta la fecha, a partir de una cierta intervención del Estado (en particular en lo financiero a través del manejo de la paridad cambiaria, de decisiva incidencia en el comercio exterior y en la producción ligada a él), aunque básicamente el modelo se mantiene en lo estructural.

b- Esta situación provoca el debilitamiento y disgregación de las fuerzas de la sociedad civil (Cavarozzi); en particular de los partidos políticos y gremios, tradicionales mecanismos de representación de los intereses de la población en una sociedad que se basaba en el peso mayoritario del mercado nacional, donde, por ende, producción y trabajo generaban una estabilidad y equilibrio que le daba sentido y tornaba funcional a esas formas de representación.

En la actual situación los partidos pierden capacidad de representación: primero porque ya no existe un sólido poder político central ante el cual apelar; segundo, porque el modelo genera una situación social de crisis (desocupación; caída del nivel de vida; indigencia; acentuado deterioro de los estratos sociales dependientes, como la pequeña clase media y el sector popular alto; y, amén, pronunciado retroceso de los servicios básicos, como salud, educación, y seguridad) que sobrepasa la capacidad partidaria para canalizar soluciones. Parecida situación se da con los gremios de actividades privadas, afectados negativamente por la desocupación y la flexibilización laboral. Y esto genera el surgimiento de nuevas fuerzas sociales, más inorgánicas, que, ante la falta de respuesta de los mecanismos clásicos (Partidos Políticos, gremios), apelan a la representación directa (piqueteros, movimientos de desocupados, movimientos barriales, grupos que se organizan espontáneamente para la búsqueda de solución a problemas puntuales), en particular a través de la acción callejera o mediante el uso de los medios masivos de comunicación (T.V., prensa).

En esta situación de debilitamiento de las representaciones institucionales se imponen las personalidades y los personalismos, y tiende a crecer una forma de democracia directa, pleibiscitaria, (relación directa entre el gobernante y los gobernados, donde se dejan de lado las instituciones y la forma republicana consagrada por las constituciones). Obviamente este cambio estructural se visualiza con más claridad a nivel nacional que provincial, aunque en el ámbito local es visible la crisis de los gremios, ocasionado tanto por la disminución de la fuerza de trabajo industrial como por la desregulación laboral (más conocida como"flexibilización") que disminuye la afiliación en los gremios; como información estadística puede recordarse que en el censo de 1947, cuando el país tenía apenas 15.893.000 habitantes, había 2.000.000 de trabajadores en la industria; hoy, cuando el país trepa a 40.000.000 de habitantes, los obreros oscilan en apenas 700.000. No en balde Fernando Mieres ha establecido que la globalización ha significado la "muerte del proletariado" ("El orden del caos"). A nivel provincial quedan en pie, como representaciones sectoriales importantes, sólo los sindicatos ligados a la administración pública y sus funciones, en razón de que allí se tiene una población cautiva para los respectivos medios.

Se modifica entonces las estructuras de representación, con debilitamiento extremo del régimen Constitucional, y consiguiente fortalecimiento del clientelismo, ahora bajo formas institucionales (Planes sociales) manejadas discrecionalmente por el poder político.

En cuanto a las clases sociales: dado que en nuestro país no existen estudios sobre evolución reciente de la estratificación social (el conocido trabajo de Susana Torrado opera con datos del Censo 1991, muy antiguos ya para el conocimiento de la realidad actual) la evaluación debe realizarse en base a información indirecta o cualitativa Por esa razón no trabajaremos el tema, aunque las cifras de población indigente, y las de una persistente desocupación, nos hablan de una modificación estructural de fondo en la estratificación social, manifestada por un notable descenso del volumen de clase media baja (y parte de clase media media) y de sectores populares altos, que pasan a una situación de pauperización relativa o absoluta.



5- CONCLUSIONES GENERALES

1- El análisis del proceso histórico de Santa Fe en los últimos años mostró los cambios que el nuevo modelo económico vigente en la sociedad generó en tres estructuras fundamentales de la sociedad santafesina (organización del espacio, propiedad del factor tierra, y organizaciones sociales), y cómo esto modificó, a su vez, el desarrollo del territorio; por ende ello deja en pie el interrogante sobre qué cabe esperar para el futuro de su espacio. Obviamente, enfocar así el proceso histórico implica dejar de lado las formas sectoriales de análisis; en su lugar, trabajar la sociedad como totalidad, como sistema. Pero mirar a la sociedad como sistema significa preocuparse fundamentalmente por detectar las relaciones que la conforman; bucear en los procesos. Es una mirada que apunta a la determinación de las fuerzas que provocan los cambios profundos de la sociedad; y para esto hay que trabajar con los factores capaces de modificar la matriz organizativa de la misma; y esos factores son los que llamamos estructuras, esas realidades que influyen en el largo plazo de la sociedad, produciendo modificaciones duraderas en las funciones y formas. Y cuando este problema lo ubicamos en la sociedad globalizada de nuestros días, donde las modificaciones tecnológicas, y los procesos de cambio, alcanzan niveles extraordinarios de rapidez, e influyen también, con similar velocidad, en la organización de la sociedad, en las posibilidades de desarrollo, y en la distribución de beneficios entre los grupos sociales y entre los espacios productivos, determinar esas estructuras vigentes, y sus reacciones frente a la acción del nuevo modelo económico imperante, se torna imprescindible. Y ese análisis es el que exige, precisamente, el buceo del proceso histórico como totalidad, como sistema, como interrelación de elementos y fuerzas.

Transfiriendo estas conclusiones y principios al análisis de la sociedad santafesina, encontramos que dos de las tendencias fundamentales de la globalización -la de concentración y la de fragmentación- se concretaron plenamente, y continúan haciéndolo, en modificaciones profundas de las estructuras decisivas para la localización y desarrollo de actividades en la provincia, y para el crecimiento y el desarrollo social, a saber: organización del espacio, evolución de la propiedad de la tierra, y pérdida de vigencia funcional de los grupos sociales que, canónicamente, canalizaban las necesidades e intereses de la sociedad.

2-En relación al espacio vemos como la ampliación del comercio mundial, en particular en el sentido este-oeste por el ingreso de los demográficamente voluminosos mercados asiáticos, generó, para el extremo meridional de América del Sur, la necesidad de establecer, para productos industriales de alto valor agregado y relativamente poco peso, rutas de tráfico más directas y rápidas que el lento transporte marítimo (que quedó para los granos, los aceites, y la carne); así es como nacieron los llamados corredores bioceánicos. Para el territorio santafesino ello se tradujo en la aceleración de localización de medios multimodales de transporte en su extremo sur, en el área del Gran Rosario, en razón de su privilegiada posición geográfica sobre un río de calado profundo; la norma legal que permitió la creación de puertos privados, le dio el último remate al proceso concentrador. Paralelamente, el agrupamiento de energías en ese sitio significó el retraso de todo otro lugar que pudiera competir con él (caso puerto de Santa Fe), y, obviamente, de todas las actividades conexas. El territorio provincial se fragmentó, así, en dos grandes espacios: uno que crece dinámicamente, y otro que se estanca y que, a nivel relativo, comparativamente retrograda:

a)un extremo sur que muestra notables tasas de crecimiento global de la sociedad y de modernización (comercio, finanzas, transporte, actividades científicas, arte, centro de reuniones internacionales, turismo, industria), donde en promedio se localiza el 85 % de las inversiones que se radican para industria dentro de la provincia, y se exporta más del 75 % del total de granos y subproductos agrarios que produce el país. El estar recostado sobre un gran río, navegables para buques de ultramar, empalmó positivamente con las necesidades del nuevo modelo económico en materia de transporte para el comercio internacional.

b) un norte que retrograda en sus posibilidades de generación de riqueza y de desarrollo -con excepción de una pequeñísima franja de ese territorio, en el departamento Gral Obligado (Reconquista-Avellaneda)-, y que queda orientado, a menos que sus actores sociales dirigentespuedan modificar el modelo económico del área, a la producción de bienes primarios de baja rentabilidad y escasísima fuerza dinámica de cambio y capacidad de generación de cambio. Quizás sólo el citado punto de Gral Obligado (aunque insistimos en el "sólo quizás"), tenga posibilidades de desarrollo, en la medida en que pueda generar una industria local de muy alto valor agregado y pequeño volumen, desligada de los problemas de costo de transporte y de eficiente ubicación geovial.

3- En lo que hace a propiedad de la tierra, la adecuación de la producción a las demandas de alimentos del mercado internacional (en especial aceites y lácteos) llevó a que operara el principio de concentración del factor de producción: la tierra. Y ello se dio con más intensidad en las áreas geográficas donde el eje económico lo constituye la actividad tambera y sojera, y donde es mayor la existencia de pequeñas propiedades: la búsqueda de eficiencia para obtener mayor rentabilidad a través de la disminución de costos por ampliación de la escala de producción llevó a la desaparición de miles de esas pequeñas propiedades, y al crecimiento de propiedades de mayor extensión. Y ese proceso no ha terminado: la competencia en el mercado mundial es un hecho irreversible, y la necesidad de disminuir costos aparece como una constante en el horizonte de mediano y largo plazo del comercio internacional; ello a menos que se produzcan cambios imprevisibles en los grandes mercados productores competidores de la Argentina (Brasil y EE.UU., y Nueva Zelanda, respectivamente: soja y lácteos, respectivamente). Puede asegurarse entonces que la dirección histórica (el futuro) que, a partir de los antecedentes históricos se avizora para el espacio santafesino, es de mayor concentración de la riqueza agraria y de la tecnificación: es decir, es un horizonte de continuación de expulsión de pequeños propietarios.

El análisis permitió mostrar, también, la decisiva relación que, a nivel de la producción de bienes exportables capaz de competir en el mercado mundial, se da en entre clima-capacidad ecológica- producción, y ubicación geovial. Y esto, si bien prioritario para la economía agrícola, es también fundamental para las actividades secundarias y terciarias, pues los hechos y dimensiones se interrelacionan en el sistema. Si un factor o estructura importante se mueve dinámica y positivamente en cierta dirección, arrastra, en más o en menos, pero arrastra lo que la rodea. Contrariamente, si algo fundante se retrasa, también arrastra negativamente a aquello que lo rodea; esto a menos que ese actor decisivo de la realidad que es el hombre modifique las condiciones, o de un atrevido paso de cambio alterando la dirección de los hechos, llevando a otros resultados.



Notas:

Obras citadas:

- Cavarozzi, Marcelo:"Democracia y autoritarismo(1955-58)". CEAL. Buenos Aires 1992.

- Cervera, Felipe: "Globalización: nueva organización del espacio argentino", JUNTA Pcial DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, Santa Fe 1999.

- Cervera, Felipe: "Territorio, espacio, y territorialización", Santa Fe 2.005.

- Mieres, Fernando: "El orden del caos", NUEVA SOCIEDAD, Caracas 1995.

- Morin, Edgar: "Sociología", TECNOS, Madrid 1999.

- Papadakis, Juan: "Mapa ecológico de la República Argentina". Buenos Aires 1953.

- Rosanvallon, Pierre: "El mercado y las tres utopías liberales". SOCIEDAD 17-18. UBA. 2001.



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