LA CAPITAL. Rosario, febrero de 1980.

Marcas en Santa Fe la Vieja

En 1573, año de la fundación de Santa Fe, existía el ganado "herrado", no sólo en Asunción, sino también en Santiago del Estero, la ciudad más antigua en lo que hoy es el territorio argentino.

Los capitanes que con Garay vinieron en la expedición fundadora trajeron, sin duda, los caballos marcados desde Asunción. Lo mismo vendría marcada la hacienda que después de la fundación de Santa Fe se trajo desde el Paraguay y del Tucumán. Pero, interesa saber que la primera marcación o "yerra" del ganado en el Río de la Plata, donde se inicia la explotación ganadera, fue en Santa Fe, según se demuestra con la hoja conservada en el Archivo Histórico de la Provincia, donde se han dibujado, antes de la fundación de Buenos Aires, las primeras marcas y se ha inscripto junto a cada una de ellas el nombre de sus propietarios, con lo cual podemos considerar a ese documento como "el primer registro de marcas" del país.

Sobre la "yerra"y las primeras marcas de ganado empleadas en Santa Fe la Vieja me he ocupado en varios trabajos publicados, unos por el Departamento de Estudios Etnográficas y Coloniales y otros por distintas editoriales: sin embargo conviene divulgarías una vez mas.

Ese primer registro de marcas, que decimos, comienza en 1576-antes de cumplirse tres años de la fundación de la ciudad y de fundarse Buenos Aires, y conserva las marcas siguientes:
En el año 1576, las primeras seis marcas; luego, siguiendo los años 1577, 1582, 1584, 1616, 1648 y 1649,y se hallan distribuidos en la forma siguiente:

En algunas de estas marcas, lo he señalado ya en otras ocaciones, se ven los iniciales del nombre o apellido de los dueños. Así en la marca de Bernabé de Luxán, se descubre fácilmente la combinación de las iniciales V, de Bernabé en aquella arbitraria caligrafía, y la L de Luxán. En la marca del P. Alvaro Xil, la X de su apellido: en la de Juan Martin la inicial de su nombre; en la marca de Enrique Alemán, la inicial de su apellido; la 5 de Salas en la marca de Hernán Ruiz de Salas, y así en otras como la adoptada por el Cabildo para Santa Fe, con la cual se marcó el ganado recogido en la vaquería destinada a costear los gastos de la trasmuta o traslado de la ciudad, y la marca con que se herraba el ganado de la reducción de San Xavier:

En tejas y ladrillos, otros trazos incisos que en algunos casos pudieron señalar con un ladrillo marcado en el piso de las naves de las iglesias el lugar que ocupaban las sepulturas de los vecinos a falta de losas sepulcrales que las señalaran, de acuerdo con el "padrón" se sepulcros que conservaban las iglesias como lugares de entierros o cementerios de la ciudad.

En tinajas enteras, o en fragmentos descubiertos en las excavaciones de Cayastá, aparecen distintas marcas, en trazos incisos, que indicaban su dueño.

En testamentos, como el de Feliciano Rodríguez, que elaboraba y comerciaba con el vino de sus propios viñedos plantados en el ámbito urbano, se hacen referencias a las tinajas. Algunas de éstas casi enteras se han encontrado entre los escombros de Santa Fe la Vieja.

Estas marcas, que aún no hemos podido individualizar, son las siguientes:

En el Museo Etnográfico de Santa Fe se conserva una tinaja que en la ciudad nueva perteneció a da. Tránsito Iriondo de Andino, en el siglo pasado, con una marca donde se representa, sin duda, la "Cruz del Sur" y "Las Siete Cabritas", las dos constelaciones "criollas", en la forma siguiente:

En diversos fragmentos de otras tinajas descubiertas en la ciudad vieja se encuentran estas marcas:

Se marcaban los cueros, que con el sebo y la crin, formaban unos de los importantes productos de la incipiente y exhaustiva ganadería. Pero esa marca era la del que hacía la vaquería.

Había sacos de cuero para el transporte de la yerba mate desde los montes del Paraguay: y esos sacos o bolsas, llamados "tercios de yerba" llevaban, marcada a fuego la marca de quien comerciaba con ellos, como con los panes de azúcar y el tabaco que venía del Paraguay.

Desde luego, estas marcas eran de tamaño mucho menor que las usadas para la ganadería.

En la primera década de este siglo, o en la última del anterior, el canónigo Jacinto Viñas, que escribía en diarios y periódicos santafesinos muy interesantes páginas sobre su historia y especialmente sobre el fundador y los primeros tiempos de la ciudad, regaló al doctor Martin Rodríguez Galisteo lo que no dudó en considerar como la marca de Juan de Garay: un monograma en bronce con las letras JºG que coincidía con el monograma del fundador, y que según la afirmación del canónigo Viñas, transmitida verbalmente, fue hallada en Cayastá. Este monograma es el siguiente:

La marca referida está en poder de la señora Esmeralda Rodríguez Galisteo de Pujato, hija del doctor Martin Rodríguez Galisteo, y por sus características pudo ser para marcar tercios de yerba, aunque no podríamos ni siquiera insinuar el nombre de su propietario, pues no hay ni el menor indicio que nos permita sugerir que Garay no sólo no comerció con yerba sino que tampoco la consumiera, tanto más cuando su yerno Hernandarias combatió el uso del mate porque fomentaba la haraganería.

En las escrituras relacionadas con este comercio, que pueden consultarse en el Fondo Documental del Departamento de Estudios Etnográficos de Santa Fe, se encuentran dibujados al margen, entre otros, los siguientes signos y símbolos:

Pero lo que causa una verdadera y muy profunda indignación, son las marcas de los pobres negros esclavos, impresas con un hierro candente sobre la piel de ébano, indicando la propiedad, como de una bestia, del negrero inglés u holandés que en ese tráfico infame amasara su fortuna desde las costas de Africa.

No existe ninguna constancia de que entre nosotros se usara marcar los es-clavos que nacían en la tierra. Vaya esto como un descargo de semejante barbarie.




Domicilio: 25 de Mayo 1470 - Santa Fe de la Vera Cruz - La Capital - Santa Fe - República Argentina - Código postal: 3000
Teléfono: (54) 0342 4573550 - Correo electrónico: etnosfe@ceride.gov.ar
Página web: http://www.cehsf.ceride.gov.ar/