LA CAPITAL. Rosario, diciembre de 1978

Antecedentes de la urbanización de Santa Fe y Buenos Aires

Garay al trazar el plano de Santa Fe en un pergamino, con ayuda de un piloto que tomaba los rumbos, y al distribuir los solares entre los integrantes de la expedición, cumplió exactamente con las disposiciones adoptadas por Felipe II el 13 de julio de 1573, eligiera.

No fue una simple coincidencia el que la urbanización de Santa Fe coincidiera con las normas establecidas por las ordenanzas de Felipe II.

El fin que se perseguía con la fundación de una ciudad, era, concentrar con carácter permanente un grupo de hombres que aseguraran el dominio sobre una extensión determinada de tierra.

Esos hombres, por lo tanto, tenían una función específica y bien concreta: mantener por la fuerza el suelo ocupado contra posibles incursiones de portugueses o piratas y desbaratar la acción de los antiguos ocupantes, desplazados, que pretendían tenazmente recuperarla. Esta función primordial de los vecinos era, pues, una función esencialmente militar. De ahí que se les exigiera la posesión de armas y de caballos, que eran éstos, en aquellos tiempos, un elemento de guerra de primer orden.

Pero la concentración permanente de ese grupo de hombres en funciones militares, exigía proveerles de sitio donde levantar su vivienda y, además, facilitarles algún medio que les permitiera proveerse de lo más necesario para la subsistencia. De ahí que al vecino-militar, que se había provisto ya de armas y caballo, se le adjudicara un solar, donde levantaría su vivienda, y una chacra, y en ciertos casos, hasta una suerte de estancia, donde trabajarían en las labores propias de la más elemental agricultura y de la incipiente ganadería, los indios encomendados o los negros esclavos, entre los vecinos de mayores recursos económicos.

Pero esos hombres, sometidos a una rígida disciplina militar -y en esto Garay era inflexible-, debieron distribuirse en el ámbito urbano dentro de cierto orden.

Cuando el rey Don Fernando cayó sobre Sevilla, se encontró, dice Alfonso X el Sabio, en su "Primera Crónica General: con que era esa una gran ciudad muy noble y muy rica; cumplida y abundante de todo, dice, con calles y plazas donde los vecinos se habían distribuido de acuerdo a sus profesiones u ocupaciones. Había calles para especieros, para los alquimistas y los médicos, para los armeros, los carniceros y pescadores, y para los demás oficios, para "cada menester de cuantos podían ser en el mundo", dice Alfonso X. Allí, dice el mismo Rey Sabio, los cristianos que la rindieron y ocuparon, nunca habían visto otra ciudad tan grande y tan rica y tan bien organizada. Tanto, que el rey Fernando, al tomar la ciudad, la pobló en lugar de los moros vencidos, con muy buena gente y ricos hombres, y la estableció y distribuyó de acuerdo al mismo plan de los árabes.

Pero la ciudad que fundaba Garay era en realidad una ciudad cuartel; y le dió la planta en cuadrícula tomada por los Reyes Católicos al fundar Santa Fe frente a Granada, de los antiguos campamentos romanos.

En 1675 se publica en Madrid un libro sobre la población general de España que, refiriéndose a la fundación de la ciudad de Santa Fe de Granada, dice: "Es Briviesca villa y cabeza de la tierra llamada buena ocho leguas de Burgos, vistosa y de buena traza, cuadrada con cuatro puertas por cuyo modelo mandaron los Reyes Católicos fundar la ciudad de Santa Fe en Granada".

Porque Briviesca había sido construida sobre la planta de un antiguo campamento romano y Santa Fe de Granada, como dice Clemencín "era un vasto cuartel", porque el objeto de esta obra, dice el mismo erudito don Diego Clemencín en su elogio a la reina Isabel, leído en la Real Academia de la Historia de Madrid, era "dejarla guarnecida en el caso de haberse de levantar el asedio de Granada". Y Lucio Marineo Sículo, cronista de los Reyes en aquella época, dice que la ciudad se construyó para que en ella, "durante la guerra, el ejército pudiese seguramente invernar y a esta ciudad, trazada en forma cuadrada le pusieron nombre: Santa Fe".

El descubrimiento de América puso a España en el trance de poblar un vastísimo territorio y, por lo tanto, de fundar en él ciudades, donde debían alojarse los soldados y capitanes con su familia.

En el primer viaje de Colón, un viaje de descubrimiento y exploración, no se pensó en fundar ciudades, pero en la ribera del río Yuqui fundó una fortaleza y le dio el nombre de "Magdalena". Luego, fundó otros fuertes, donde iba dejando algunos hombres de su expedición: "Santa Catalina", "La Concepción" y el "Fuerte de Navidad", todos de vida muy efímera. Pero la fundación más importante fue la de "La Isabela", construida según Fray Bartolomé de las Casas, con "piedra de cantería".

En ausencia de Colón, y mientras hacía de vuelta la travesía, Diego Colón fundó "Santo Domingo", fortificada con un muro de tapia sobre la barranca. Esta ciudad destruida por un huracán, sin duda de los qué ahora se dicen "tornados", fue reconstruida por Ovando en otro sitio, con "piedra y buenas paredes y edificios", según Oviedo y Valdés, primer cronista de Indias, y de acuerdo a un trazado que en aquella época se celebró como extraordinario, pues sus calles se hicieron "a regla y compás".

Fue, pues, el comendador Ovando, quien introdujo el trazado rectangular en América, según lo sostuvo Erwin Walter Palmen el Congreso de Historia Municipal celebrado en New Orleans en 1917.

La planta de damero de la ciudad de Santo Domingo, levantada por el comendador Nicolás de Ovando en 1502, fue traída de España a las Indias, según el autor citado anteriormente, y de acuerdo a ella se constituyen las nuevas ciudades. Sin embargo, México, "es una de las escasísimas ciudades hispanoamericanas construida sobre una anterior conquistada", dicen Chueca Goitía y Torres Balbás en la obra sobre "Planos de Ciudades Iberoamericanas y Filipinas existentes en el Archivo de Indias".

Y México, ciudad indígena, era una ciudad muy bien ordenada con sus anchas calles de agua y puentes y plazas y patios delante de los templos.

Pero el trazado en cuadrícula de Santa Fe de Granada, que Ovando trajera a "tierra firme", característico de las ciudades cuartel hispanoamericanas, fue el que trajo Garay al urbanizar Santa Fe el 15 de noviembre de 1573, de acuérdo a un plan -el primero de una ciudad urbanizada en el Río de la Plata- que en 1580, con mayor extensión llevó al fundar Buenos Aires antes, sin duda, de tener conoci-miento de las disposiciones adoptadas por Felipe II en las ordenanzas sobre des-cubrimiento, nueva población y pacificación de las tierras promulgadas en Segovia el 13 de julio, cuatro meses antes de que se fundara Santa Fe.




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