JUAN JOSE DE LACOIZQUETA
Gestor del privilegio santafesino de Puerto Preciso (*)
Alejandro A. Damianovich

A medida que se profundiza el estudio del tema del puerto preciso de Santa Fe de la Vera Cruz, comienza a surgir la figura singular de Juan José de Lacoizquieta, gestor diligente del privilegio que permitió a la ciudad disfrutar del monopolio portuario del río Paraná por cuatro décadas (1740-1780), precisamente cuando había logrado su definitivo afianzamiento, tras superar la larga guerra contra los mocovíes y abipones del Chaco.

Durante la primera mitad del siglo XVIII santafesino, se plantearon dos conflictos sobresalientes, estrechamente vinculados entre sí. El primero está definido por la guerra contra los guaycurúes chaqueños, de la que sólo diremos aquí que duró entre 1710 y 1734 y que estuvo a punto de hacer desaparecer a la ciudad, o al menos provocar una nueva mudanza. El segundo pasa por el movimiento portuario, muy disminuido entre 1720 y 1740, a causa de la guerra antes apuntada y, en menor medida, y según de qué años se trate, de las convulsiones comuneras, como también por el interés que el puerto de Buenos Aires despertaba en los comerciantes asunceños, y el que a su vez significaba para los porteños el mercado paraguayo. Estos fueron los asuntos que debió encarar la clase dirigente santafesina con mayor ahínco, pues de sus derivaciones dependía la permanencia de la ciudad.

En este contexto actuaron Juan de Lacoizqueta y su hijo Juan José. Sobre Lacoizqueta padre se han escrito diversas noticias biográficas. Dos de ellas están insertas en obras dedicadas a los Maciel, una de Luis Enrique Azarola Gil (1) y la otra de Juan Probst (2). Manuel Cervera consigna en su Historia de Santa Fe (3) datos diversos sobre su actuación, y su hijo Federico Cervera se ocupa también de él en un estudio sobre la que fuera casa de Lacoizqueta hijo, hoy conocida como "Casa de los Aldao" (4). Por su parte Luis María Calvo ha hecho la genealogía de los Lacoizqueta, (5) y en un estudio reciente sobre los vascos en Santa Fe, debido al Centro de Investigaciones Genealógicas y Sociales de esta ciudad, se incluye la biografía de Lacoizqueta padre. (6)

Estos estudios contienen también, aunque en menor medida, datos sobre Juan de Lacoizqueta hijo. Es decir que no ha sido escrita una biografía sobre este personaje que marcó hondamente la vida santafesina del siglo XVIIL En el presente trabajo no pretendemos hacerlo acabadamente, ya que queremos ocupamos especialmente de un aspecto de su actuación que, por otra parte, constituye el asunto central de su vida, como lo fueron sus gestiones ante la Audiencia de Charcas en 1738 y ante el Consejo de Indias en 1742, gestiones que permitieron lograr el privilegio de puerto preciso para Santa Fe.

Quienes han hecho referencia a los logros de Lacoizqueta relativos al puerto preciso han destacado que estos habrían consistido en fortalecer un antiguo privilegio que tendría su origen en una Real Cédula del 31 de diciembre de 1662. Creemos haber demostrado, en otro trabajo, que el puerto preciso de Santa Fe, como privilegio que le aseguraba el monopolio portuario del río Paraná, no data de 1662 sino de 1739, por lo que el éxito de Lacoizqueta no se circunscribe al logro de una mera actualización de aquel privilegio, sino que es mucho más amplio. Consiguió que el monopolio portuario se estableciera formalmente en una Real Provisión y en una Real Cédula, documentos que debieron ser acatados por Asunción y Buenos Aires, que habíanse resistido a las pretensiones santafesinas.

Noticia biográfica sobre Juan de Lacoizqueta padre

Santa Fe fue trasladada entre 1650 y 1660 desde su emplazamiento fundacional hasta su ubicación actual. Afianzada en el nuevo sitio, no tardó en lograr cierta prosperidad, fundada en una economía ganadera y mercantil. Era puerto natural del comercio paraguayo y funcionaba en el Colegio de los Jesuitas la Procuraduría de las Misiones que concentraba todo el movimiento comercial de los pueblos guaraníes del alto Paraná.

Su población de entre 1000y 1500 habitantes fue recibiendo nuevos aportes con la llegada de individuos peninsulares o americanos que, poco a poco, fueron insertándose en las familias prominentes. Se ha calculado recientemente que unos 32 vascos llegaron a Santa Fe en el periodo que va de 1663 a 1713, lo que constituye un 8,4% del total de habitantes (7).

Entre estos 32 vascos llegó a su turno Juan de Lacoizqueta, nacido hacia 1653 en Legassa, reino de Navarra. (8) Hijodalgo y militar de carrera, debió llegar a América por el Perú, desde donde fue destinado como capitán de infantería española a la guarnición de San Carlos del Esteco en 1688, en la provincia del Tucumán, destino en el que fue Sargento Mayor al año siguiente. (9)

Según Azarola Gil se hallaba en Buenos Aires hacia 1691(10). Sin embargo, en 1699 declaraba el propio Lacoizqueta tener seis años de vecindad en Santa Fe y haberla frecuentado durante varios años antes yendo y viniendo desde el Perú por cuestiones comerciales, habiendo comprado en un año siete mil arrobas de yerba a los jesuitas. En 1694 era Alcalde de Santa Fe (11) y había contraído matrimonio en esta ciudad en 1691 con Doña María Martínez del Monje, viuda de Antonio Pérez, con el que habíase casado en 1681 (12). El matrimonio fue sumamente ventajoso para el soldado navarro, pues la santafesina, además de descender de conquistadores a través de su madre Isabel de Pesoa y Figueroa, aporté la más grande dote que se tenga noticia en la sociedad colonial santafesina, consistente en la casa de su morada, $ 28000 en reales, $ 2.000 en plata labrada, esclavos, muebles, alhajas y otras cosas, lo que importaba un valor de $ 43.467 y 2 reales. Lacoizqueta aumentó este caudal con $ 3.000 y prometió otros $ 30.000 que nunca se efectivizaron. (13)

En Santa Fe, Don Juan de Lacoizqueta fue procurador general de la ciudad en 1695, 1696, 1701 y 1708; alcalde en 1711 y 1712. (14) Ocupó la máxima jerarquía política y militar, al ser designado Teniente de Gobernador en 1712, cargo en el que se desempeñé hasta 1715, aunque en 1713 fue depuesto por el Cabildo al no haberse producido su confirmación por parte de la Audiencia de Charcas. La reposición ordenada por el gobernador debió ser acatada por los capitulares. En 1716 ocupó el mismo cargo provisoriamente.

En 1704 Lacoizqueta comandó los tercios santafesinos en la toma de la Colonia del Sacramento, costeando de su propio caudal parte de los gastos de la expedición, lo que le valió el grado militar de Maestre de Campo que le fue conferido en 1705. (16) En septiembre de 1707, el gobernador de Buenos Aires, Alonso Juan de Valdés, reseñaba en carta al Rey los servicios de Lacoizqueta, juzgándolo digno de las honras y mercedes que el monarca quisiera conferirle. (17)

Como la mayoría de los vascos llegados a Santa Fe, Lacoizqueta ejerció el comercio en una importante escala, aprovechando la circunstancia de ser la ciudad el puerto natural del Paraguay y punto de concurrencia de mercaderes del Tucumán, Cuyo y Alto Perú. La casa de su morada estaba ubicada en la manzana que hoy se encuentra delimitada por las calles 9 de Julio, l de Mayo, Moreno y Corrientes, poseyendo los cuatro solares. (18) Erróneamente, Azarola Gil y Probst atribuyen a Lacoizqueta padre la propiedad de la casa construida por el capitán Márquez Montiel y que pasara a poder de su hija que contrajo matrimonio con Lacoizqueta hijo. (19) A éste y no a aquél perteneció esta casona que todavía se levanta sobre calle Buenos Aires, entre 9 de Julio y 1° de Mayo.

Lacoizqueta tuvo con su esposa Maria un hijo y cuatro hijas. El primero, Juan José, es de quien nos ocuparemos en este trabajo. Las hijas fueron: Maria Ventura, que se casaría con Juan de Sapiñán y en segundas nupcias con Sebastián Ruiz de Arellano; Juana, casada con Francisco de Barrenechea, nieto de vasco llegado de Chile; Rosa, que sería esposa de Manuel Maciel, llegado de Corrientes; y Orensia, casada con el vasco Ambrosio de Zuviría, que como Lacoizqueta, era natural de Legassa. (20) Esta circunstancia de vincularse los vascos llegados a Santa Fe a través de lazos matrimoniales, ha sido destacada como una característica común. Juan de Lacoizqueta tuvo dos concuñados vascos, al casarse los tres con hermanas de la familia Martínez del Monje. Ellos fueron Juan de Rezola y Pedro de Urízar. (21)

Como la mayoría de los hombres de su época, Lacoizqueta fue un católico comprometido y tuvo destacada actuación en la Congregación de la Virgen de los Milagros. (22) El 3 de noviembre de 1728 Lacoizqueta, próximo a morir, otorgó poder para testar a su hijo Juan José, (23) Al día siguiente falleció y fue sepultado en la Iglesia de la Merced, amortajado con el hábito franciscano. (24)

Juan José de Lacoizqueta hasta su gestión en Charcas

Juan José fue, como dijimos, el único hijo varón del navarro Lacoizqueta. Fue bautizado el 13 de mayo de 1694, cuando apenas tenía diez días de vida. (25) Debió destacarse en sus estudios, pues a los 12 años ya era lector en la Escuela de Cristo, institución vinculada a la Congregación de la Virgen de los Milagros, en la que también su padre sería lector entre 1709 y 1711. (26)

Algunos historiadores han repetido la versión, seguramente recogida en la tradición familiar, que dice que Juan José cursó estudios en Europa. Así lo señalan Azarola Gil y Federico Cervera. Este precisa que tales estudios habrían sido hechos en España, adonde habría viajado en su juventud. (27)

En realidad, Lacoizqueta estudió en el Colegio de Monserrat, en Córdoba del Tucumán, como lo anota el P. Grenón. Aprobó tres años de filosofía (1708a1710) con el P. Juan de León S. J., y cursó teología en 1711, obteniendo los grados de Bachiller en Artes en 1709 y Licenciado en 1710. (28) Debió interrumpir sus estudios teológicos, pues ese año de 1711 figura nuevamente como lector en la Escuela de Cristo, al igual que en los dos años siguientes. (29)

A los veintiún años, el 11 de abril de 1715, contrajo matrimonio con Juana Ventura Márquez Montiel, hija de Antonio Márquez Montiel y de María Bargas Machuca. (30) Habitaron la casa que Juana heredará de su padre, conocida hoy como "de los Aldao, y que Juan José terminó de construir, aún cuando lo principal del edificio parece que estuvo terminado hacia 1711, a juzgar por la inscripción del dintel de la puerta que da al balcón que consigna esa fecha. (31)

Del matrimonio nacerían los siguientes hijos: José Gabriel, que casóse en 1759 con Josefa Luisa de Gaete yVera Muxica; Maria Ignacia, que se casada en 1739 con el español Manuel Fernández de Therán; Antonia, desposada en 1752 Con el portugués Juan Duarte Neves; Ventura, que permanecería soltera; Juana, que tampoco se casaría; Bartolomé, que contraería matrimonio en 1753 con Josefa Luisa de Ribero Raposo; Petrona, que seda monja de Santa Catalina; Juana Francisca, que también permanecería soltera; y Juan Ignacio, que sería sacerdote. (32)

Por esos años, la guerra contra los mocovíes y abipones alcanzaba su máxima violencia y la ciudad sufría un verdadero asedio. Las campañas de 1716 y 1721, esta última comandada por el suegro de Juan José, nada lograron. La población quedó a la defensiva y nadie pudo sustraerse a sus obligaciones militares. En este estado de guerra permanente, en plena frontera contra el indio, Lacoizqueta inició su vida pública como Alcalde de 2° voto y Juez de Menores en 1721, cuando ya revistaba como capitán de las milicias locales. (33)

Sobre sus méritos militares no he obtenido noticias precisas. En su Relación de Servicios presentada al Rey en 1743 sólo se consignan vaguedades. Se le reconocían entonces 3 1 años de antigüedad en las milicias, habiéndose iniciado en 1712, que fue cuando empezó a tomar cuerpo la guerra con los guaycurúes. Se dice que tanto de particular como de capitán vivo, participó en las entradas al Chaco, aportando de su peculio caballos y hombres pagos para la defensa. (34) En 1723 ya figura como Sargento Mayor de Plaza. (35)

También consta en su Relación de Servicios que por orden del gobernador Bruno Mauricio de Zavala, habría cumplido diferentes encargos en el Paraguay, posiblemente vinculados a las revoluciones comuneras, ya que en el documento se las considera riesgosas. Posteriormente Zavala le habría encomendado el control de las salidas de los vecinos de la ciudad, pata evitar su abandono y desmedro de su defensa, sin que sobre ambos asuntos se consignen fechas. (36)

Estando por viajar a Buenos Aires, el 21 de marzo de 1722, el Cabildo lo designó apoderado para actuar en la capital de la gobernación en la conclusión de la "concordia" sobre las vaquerías logradas con esa ciudad. (37) Al año siguiente el Cabildo le libra licencia para vaquear, en un marco de grandes restricciones, por lo que si vinculamos esto con lo anterior, podemos entender que sus gestiones en Buenos Aires fueron exitosas. (38)

A sus trabajos como accionero de vaquerías debemos agregar que por entonces su padre ya había delegado en él sus actividades comerciales, que a raíz de la guerra y de la merma del movimiento portuario debieron hallarse por entonces muy disminuidas.

La gravedad de la guerra y la incertidumbre consecuente movía a los santafesinos a abandonar la ciudad y la idea de trasladarla fue tomando cuerpo. El gobernador Zavala pensó en una mudanza 25 leguas al Sur, pero también se analizó la posibilidad de llevarla a la Bajada, del otro lado del Paraná. El 2 de julio de 1725 se reunió un Cabildo Abierto para estudiar este asunto, autorizándose al Teniente Zíburu, a Francisco de Vera y Muxica, a Juan de Lacoizqueta y a su hijo Juan José, para que resolvieran sobre la elección del mejor paraje, modo de efectuar el cambio y todo lo demás. El 6 de Julio presentaban un informe proponiendo que antes de decidirse por el traslado de los vecinos, debían arbitrarse nuevos medios de defensa. (39)

Manuel Cervera ha escrito erróneamente que el 11 de agosto de 1727 la ciudad 'enviaba ante el Rey al Capitán Juan José de Lacoizqueta para que pidiera nuevos auxilios'. (40) En realidad, los auxilios que se pedían para la defensa y estabilidad' de la ciudad, iban dirigidos al virrey del Perú, para lo cual se daban poderes a Lacoizqueta que parece se encontraba en Lima, pues se resuelve escribir "así mismo carta al dicho apoderado con instrucción de lo que deba pedir y copia del Acuerdo Capitular. (41)

En 1733, Lacoizqueta se desempeñó como Procurador General y defensor de menores. (42) Desde entonces y hasta 1738 no contamos con datos sobre sus trabajos. Sólo sabemos que en 1736 fue prefecto de la Congregación de la Virgen de los Milagros, junto con su hija Maria Ignacia y que en 1737 fue asistente menor. (43) La vida santafesina tendía a recobrar algo de la tranquilidad de otros tiempos al revertirse la suerte de la guerra como consecuencia de las campañas realizadas en 1728 y 1729, que dieron inicio a la etapa ofensiva que se profundizaría en los primeros años del gobierno de Francisco Javier de Echagüe y Andía. (44) Lentamente inicióse una transformación de las relaciones interétnicas entre guaycurúes y españoles y las paces acordadas permitirían a los grandes caciques mocovíes y abipones solicitar ser reducidos en pueblos bajo el adoctrinamiento jesuítico.

Pero la ciudad continuaba paralizada en su tráfico comercial, pues la actividad de su puerto, tan notable antes de la guerra, no parecía que fuera a restablecerse. En agosto de 1726 la Corona había dado una Real Cédula por la que se creaban unos arbitrios a aplicar al tráfico paraguayo. Era la consecuencia de las gestiones del procurador Antonio Fuentes del Arco y Godoy, que había sido enviado en 1724 a solicitar auxilios al Consejo de Indias. Los santafesinos interpretaron que la Real Cédula obligaba a la totalidad de los barcos paraguayos a detenerse en Santa Fe, por lo que reclamaron en 1730 que el gobernador Zavala hiciera respetar esta condición de puerto preciso para Santa Fe. (45)

En la polémica entablada entre ese año y 1732, los asunceños y los de Buenos Aires adujeron que tal obligatoriedad no estaba contemplada en la Real Cédula. Lo mismo opinaron los Jesuitas. El gobernador Zavala decidió entonces enviar las actuaciones ante el Consejo de Indias para que se expidiera, pero los años pasaban y un lustro después todavía no había ningún pronunciamiento de la Corona. (46)

Lacoizqueta logra en Charcas el monopolio portuario para Santa Fe

En octubre de 1737, el procurador de la ciudad Manuel Maciel, cuñado de Lacoizqueta, plantea al Cabildo la necesidad de reiniciar las gestiones para recuperar el tráfico del puerto santafesino y el uso de los caminos tradicionales perdidos durante la guerra. Autorizado Maciel para iniciar nuevos autos sobre los problemas santafesinos, comenzó a reunir documentos que certificaran las declaraciones de la ciudad. (47)

La documentación reunida por Maciel es de la mayor importancia para el estudio de esta época santafesina. Contiene declaraciones del gobernador del Tucumán, Matías de Angles, y del Provincial de los Jesuitas, R. P. Jaime Aguilar, ambos de paso por Santa Fe. A estas declaraciones, que abundan en datos y argumentos a favor de Santa Fe, agregó Maciel un interrogatorio de once preguntas que contestaron seis vecinos de entre 50 y 60 años, cuestionario que apuntaba a destacar el lamentable estado en que se hallaba Santa Fe y la necesidad de recuperar el perdido comercio estableciéndose la obligatoriedad de descargar los productos paraguayos en Santa Fe. Todavía se agregaban certificaciones del clero santafesino y las representaciones elevadas a Zavala entre 1730 y 1732. (48)

El 12 de mayo de 1738 el Cabildo designó a Juan José de Lacoizqueta apoderado ante el Consejo de Indias, con motivo de estar por viajar a España. (49) El 29 se le otorgó poder para iniciar nuevas causas ante el Rey y su Consejo de Indias, en virtud del fallecimiento del Procurador Antonio Fuentes del Arco y Godoy, dejando en buena reputación y honra al Procurador General de Indias de la Compañía de Jesús, a quien dióse poder en primer lugar en 1729. (50) El 31 se aprueban las instrucciones que llevaría y se le extiende certificación de sus servicios y los de su padre. (51)

Pero el viaje de Lacoizqueta a España no se concretaría. El 15 de septiembre, Maciel solicita al Cabildo que, habiendo fracasado la derrota para España de Lacoizqueta y hallándose éste por viajar a Charcas, se le diera nuevo poder para representar ante la Real Audiencia de esa ciudad el estado de Santa Fe e implorar su socorro. (52) El mismo día aprobó el Cabildo la solicitud, indicándose que se aprovecharan los documentos antes reunidos.

Los motivos por los que Lacoizqueta estaba por viajar a España en esas fechas y terminó por trasladarse a Charcas no han trascendido. Sus negocios personales debieron ser de la mayor importancia para tener que recurrir a los tribunales más encumbrados de la administración indiana. Sin embargo, algún indicio tenemos de lo que pudo haber sucedido. El 12 de diciembre de 1738, su esposa, Doña Juana Márquez Montiel, en nombre de su marido ausente en Charcas, presentó al Cabildo una petición para que se le liberara del pago de la contribución obligatoria para la construcción del palacio real de Madrid, en virtud de encontrarse embargados los bienes del matrimonio por la Real Justicia. (53) Imposible dejar de vincular este embargo con el frustrado viaje de Lacoizqueta a España y su presencia por esas fechas en la Audiencia de Charcas.

A qué causas se debió el embargo, no he podido establecerlo. Pero hay motivos para sospechar que pudo deberse a un proceso iniciado en contra de Lacoizqueta por contrabando. Efectivamente, surge de los papeles de la época la posibilidad de que Lacoizqueta, como muchos de sus contemporáneos rioplatenses, haya practicado el contrabando. Las incursiones de los santafesinos a la Banda Oriental en procura de rebaños cimarrones permitieron mantener contactos regulares con los portugueses y, evidentemente, sostener relaciones comerciales ilícitas. (54) En el juicio de residencia de Francisco Javier de Echagüe y Andía, que gobernó en esta época, se le impura e] haber tolerado la presencia de mercaderes portugueses y el trato ilegal. (55)

Existe un cuestionario confeccionado en 1755 por el Procurador de la ciudad de Asunción del Paraguay, en el que se interroga a numerosos traficantes sobre cuestiones vinculadas al puerto preciso de Santa Fe. En una de las preguntas se hace referencia al flujo del contrabando que pasaba por Santa Fe. La gran mayoría de los interrogados responde que el tráfico ilegal era evidente y presentan como ejemplo un decomiso que se habría practicado, sin precisar cuando, en la huerta de Juan José de Lacoizqueta, asunto que, señalaban, había sido público y notorio. (56)

Si esta cuestión tuvo que ver con el embargo que pesaba sobre los bienes de Lacoizqueta en 1738, no es posible afirmarlo por ahora. Lo cierto es que los recursos planteados por el santafesino en Charcas debieron darle resultado favorable, pues nos consta que aquellos se encontraban libres de embargo en 1741, cuando cede a uno de sus hijos parte de su casa. (57)

El 2 de junio de 1739 Lacoizqueta delegó su poder para representar a Santa Fe en Don Ambrosio de Cabrera, procurador de número de la Real Audiencia. (58) Al día siguiente solicitaba Cabrera a la Audiencia que se restituyera a Santa Fe su condición de puerto preciso, invocando la Real Cédula del 18 de agosto de 1726 que, según su opinión, que era la de Santa Fe, establecía la obligatoriedad de los barcos paraguayos a detenerse en esta ciudad para pagar los arbitrios que la norma fijaba. (59)

Cinco días después, el fiscal de la Audiencia producía un dictamen favorable a las pretensiones santafesinas, recomendando que no se permitiera el paso de los barcos paraguayos más allá de Santa Fe. (60)

El 18 de junio la Audiencia se pronunciaba en concordancia con la opinión del fiscal, produciendo el 27 la real Provisión que declaraba a Santa Fe puerto preciso de los barcos del comercio paraguayo, prohibiendo su paso a Buenos Aires. (61)

En 15 días Lacoizqueta había conseguido en Charcas lo que no se había logrado en años ante el gobernador de Buenos Aires. El 10 de diciembre el Cabildo de Santa Fe recibía una carta de Lacoizqueta fechada en Charcas el 29 de agosto, por la que se informaba sobre lo obtenido, adjuntándose copias de las disposiciones emanadas para no arriesgar los originales. (62) El 20 de julio el fiscal de la Audiencia había informado al Consejo sobre lo resuelto, adjuntando un testimonio de autos de 126 fojas con documentos correspondientes al período 1726-1739. (63)

Llama la atención la rapidez conque actué la Audiencia en favor de Santa Fe y la forma conque condenó lo que calificó como violación de las disposiciones reales de 1726, cuando el asunto era por cierto debatible. La causa de esta parcialidad comienza a aclararse si consideramos que la ciudad de Santa Fe como puerto preciso del Paraguay, encajaba en los circuitos comerciales que Lima proponía en la competencia de mercados que esta ciudad mantenía con Buenos Aires. La ciudad del Plata disponía del mercado paraguayo, había ya conquistado el tucumano tenía fuerte penetración en el potosino, pero todo se le podía arrebatar si se lograba el cierre de su puerto, tantas veces propuesto por los virreyes.

El fiscal de Charcas declaraba sin reparos, que la causa principal del desamparo del puerto de Santa Fe por parte de los paraguayos, aun a costa de mayores gastos y riesgos, era buscar las inmediaciones de las colonias extranjeras y sus ilícitos comercios. Silos paraguayos concurrían a Santa Fe y se cerraba Buenos Aires al comercio ultramarino, comprarían los productos europeos entrados por Lima y llevados a aquella ciudad por los mercaderes altoperuanos y tucumanos, como ocurría antiguamente.

El retomo de Lacoizqueta a Santa Fe debió demorar bastante, pues el Cabildo se imponía oficialmente de la Real Provisión el 14 de junio de 1740. (64) El 10 de enero siguiente se le designaba procurador de la ciudad y defensor de menores. (65) El 12 de abril el Cabildo consideró una nueva Real Provisión de la Audiencia de Charcas dada en 1740, que confirmaba la del año anterior y que habla sido producida en respuesta a un recurso planteado por el gobernador de Buenos Aires Miguel de Salcedo. Habiéndose dado vista al procurador, Lacoizqueta recomendó que se intimase a Salcedo su cumplimiento a través del apoderado de Santa Fe en Buenos Aires (66) El 9 de mayo Lacoizqueta hizo otra presentación en la que señalaba que tenía noticias de que se iba a permitir bajar a Buenos Aires a las embarcaciones vacías, lo que debería ser evitada (67)

Entre el regreso de Lacoizqueta de Charcas y su viaje a España para lograr la confirmación real de lo dispuesto por la Audiencia, debieron transcurrir un par de años, entre mediados de 1740 y mediados de 1742 En ese ínterin se ocupa de algunos asuntos personales vinculados a bienes y propiedades. El 9 de octubre de 1741 hace donación a su hijo Juan Ignacio de parte de su casa y otros bienes para que pudiera tomar estado sacerdotal. Se trata de cinco cuartos de la casa, el de la planta alta, dos de media agua con puerta al patio y a la puerta, y dos a la calle que estaban "por enmaderarse". También se le entregaban 80 marcos de plata y dos esclavos, uno de 15 años valuado en $300 y otro de 30 con un valor de $350. Mientras tanto, Lacoizqueta y su esposa se constituían en inquilinos del nuevo propietario. (68)

Seguramente Lacoizqueta estaba pensando en mudarse, pues dos días después otorga un poder a su futuro yerno, el portugués Juan Duarte Neves, para representarle en Buenos Aires en el remate de la casa de Juan de Resola, su tío político. (69) Esta propiedad se encontraba frente a la plaza, haciendo cruz con la Iglesia de los Jesuitas, sobre la misma vereda de la Matriz. Contaba con 19 cuartos y todo su frente presentaba una recova que el Cabildo había autorizado a construir a su primer propietario en 1698. (70) En ella viviría Lacoizqueta hasta su muerte.

Es muy posible que para adquirir la casona, Lacoizqueta haya recibido un préstamo de la Cofradía del Santísimo Sacramento por la suma de tres mil pesos, pues a su muerte el Maestre de Campo debía cuatro mil pesos a la citada Cofradía, de la que habla sido mayordomo, pesando un censo por esa suma sobre la referida propiedad. (71)

Lacoizqueta en Madrid y la confirmación real del puerto preciso

Ya hemos señalado que la Audiencia de Charcas había elevado al Consejo de Indias todas las actuaciones que dieron origen a la Real Provisión de 1739 que declaraba a Santa Fe puerto preciso de los barcos paraguayos. Santa Fe, por su parte, solicitó el 18 de octubre de 1740, que el privilegio acordado fuera confirmado por una Real Cédula. (72) Pero el 20 de diciembre la ciudad de Buenos Aires elevaba a la Corona su protesta por la resolución de la Audiencia y pedía que fuera derogada. (73)

El 5 de julio de 1742, el Fiscal del Consejo de Indias, a la vista de los tres recursos, recomendaba que el privilegio santafesino fiera confirmado, pues entendía que los arbitrios fijados en 1726 se hablan acordado suponiendo que Santa Fe era el puerto natural del Paraguay y que por lo tanto los barcos debían concurrir a él para no hacer ilusoria la recaudación de los impuestos que permitirían su defensa. (74)

Cuando estos asuntos estaban tratándose en Madrid, llegó Lacoizqueta como apoderado de Santa Fe, e introdujo algunos elementos novedosos en las pretensiones santafesinas. El 11 de octubre solicitaba que a los arbitrios fijados en 1726 para la defensa en Santa Fe, se agregara parte de la sisa que se recaudaba también en Santa Fe para Montevideo, proponiendo una serie de compensaciones para esta ciudad, por no fructificar los primeros lo suficiente para el resguardo de la población y su jurisdicción. (75) El 13 de noviembre el fiscal manifestó su respaldo a Santa Fe en la cuestión principal de su privilegio, pero consideró que el nuevo pedido no podía contemplarse sin tener información más precisa sobre el producto de los arbitrios de Santa Fe y de la sisa de Montevideo. El 28, el Consejo hacía suyas las opiniones del fiscal. (76)

Parece ser que esto no conformó a Lacoizqueta, pues el 9 de enero de 1743 solicitaba mayores precisiones en la resolución del Consejo para que se tomen providencias para que ningún mercader pudiera salir de Santa Fe para Buenos Aires o para el Tucumán sin que constara haber pagado los derechos correspondientes, y que entre tanto llegaban los informes solicitados sobre el producto de los arbitrios y de la sisa, que podían demorar años, se pagaran 40 soldados con los fondos del ramo de Montevideo. (77) El fiscal accedió a lo primero, pero consideró imposible lo segundo, opinando que la intervención de la Audiencia de Charcas podía reducir la demora. (78)

Por Real Cédula del 1° de abril de 1743 quedaron confirmados los privilegios santafesinos. (79) La presencia de Lacoizqueta en Madrid no fue tan efectiva como lo había sido en Charcas. Cuando comenzó su gestión, el Consejo ya tenía prácticamente decidido aprobar lo resuelto por la Audiencia. Claro que esto también era mérito del procurador, pues el extraordinario éxito logrado ante el tribunal americano, había facilitado las cosas en el Consejo, que debía hallarse predispuesto a confirmar lo actuado.

En octubre de 1743 parece que Lacoizqueta se encontraba aún en España, pues el día 10 el Consejo consideraba una presentación del santafesino, interpuesta por su apoderado Lorenzo de la Mar Libarona, por la que, tras reseñar sus servicios a la Corona ya su ciudad natal, solicitaba que el monarca lo designase como depositado de una de las tres llaves del arca en la que debían guardarse las recaudaciones que en concepto de arbitrios hiciera Santa Fe, tal y como lo disponía la Real Cédula del 1° de abril. (80)

Se acompaña al escrito un impreso -que reproducimos en el apéndice- conteniendo la "Relación de los servicios y méritos del Maestro de Campo Don Juan Joseph de Lacoizqueta', que se compone de seis páginas y que, fechado en Madrid el 9 de agosto, lleva la firma de Gabriel de Peralta. (81)

Pasado el recurso al fiscal del Consejo, este consideró que no se debía privar al Cabildo de Santa Fe "del arbitrio y libertad de la nominación" de aquel vecino que actuara como recaudador de tales derechos, por lo que, atendiendo a los méritos de Lacoizqueta, lo que se podía hacer era librar una Real Cédula de recomendación para que el Ayuntamiento santafesino, concurriendo en el solicitante las condiciones necesarias, le atendiera y prefiriera en la nominación del cargo de recaudador de arbitrios. (82) El 22 de noviembre se firmaba la Real Cédula conteniendo la referida recomendación. (83)

Actuación de Lacoizqueta a su regreso de España

En abril de 1744 ya ha regresado Lacoizqueta de España. El Cabildo ha recibido de sus manos el día 13 de ese mes, los pliegos que contienen la Real Cédula confirmatoria del puerto preciso, El cuerpo le agradece sus servicios, hechos -dice el acta ingenuamente- "sin el menor interés" (84) La ciudad quedó muy reconocida con Lacoizqueta por sus gestiones realizadas tanto en Charcas como en Madrid. El privilegio de puerto preciso le permitió a Santa Fe su recuperación y su crecimiento durante los cuarenta años que tuvo vigencia. Según Probst, quien se remite a una Relación de 1756, Lacoizqueta fue declarado "Padre honradísimo de la Patria". (85) En varios documentos capitulares se insiste en destacar sus méritos y el reconocimiento público consecuente.

Así el 9 de noviembre de 1745, cuando Lacoizqueta presentó al Cabildo la Real Cédula que lo recomendaba para recaudador de arbitrios, este procedió a extender su designación, sin dejar de señalar que la consideraba "una corta compensación" a sus méritos y servicios. (86) Dieciséis años después, el 8 de febrero de 1762, Lacoizqueta renunciaba ante el Cabildo como recaudador de arbitrios, en razón de su enfermedad y "avanzada edad". (87)

En 1746 fue designado Procurador General y Defensor de Menores (88). Por esa época comenzaban a poblarse las estancias antes abandonadas por la guerra y a ocuparse nuevos campos con hacienda. Hacia 1748, Lacoizqueta comienza a criar ganado en el paraje comprendido entre las cañadas de "Las Tunas" y la que formaba el arroyo "de los padres", e1 14 de abril de 1755 solicita formalmente al Cabildo estas tierras, para que le sean entregadas por merced real, destacando que se hallaban pobladas "con porción crecida de ganado" (32). En razón de sus méritos, tantas veces ponderadas, el Cabildo resuelve recabar al gobernador dicha Merced, para la que se señalaban dos leguas de S. a N., por el poniente hasta la Cañada de las Tunas y por el Este hasta el fondo de los terrenos de la costa. (90) El 13 de mayo del mismo año, el gobernador Andonaegui le concede la Merced & este campo que, andando el tiempo pertenecería a Mariano Cabal y en el que se fundaría el pueblo de San Agustín. (91)

Don Juan José hablase convertido por entonces en una figura patriarcal en Santa Fe. En tomo a su familia gira buena parte del poder político y económico de la ciudad. Sus hijos y sobrinos ocupan cargos de importancia o son capitulares. (93) La vida del Maestre de Campo de los arbitrios aplicados a los productos paraguayos que le reditúan un 8%, productos que llegaban obligadamente a Santa Fe en virtud de los privilegios que él personalmente había gestionado.

Cada tanto la ciudad salía a defender su condición de puedo preciso frente a los constantes recursos de Asunción y Buenos Aires ante la Audiencia de Charcas o el Consejo de Indias. (93)

Las cuentas de Lacoizqueta no parecen haber sido muy prolijas, y lo que está claro es que al fin de sus funciones, la ciudad no había cumplido con el recaudo de informar a la Audiencia de Charcas sobre el producto de los arbitrios. Es por ello que el 26 de marzo de 1763, el Teniente del Rey a cargo de la gobernación, Don Diego de Salas, ordenaba a su lugarteniente Vera y Mujica que exigiera a Lacoizqueta una cuenta detallada de su administración para ser remitida a la Audiencia, y que sin demora hiciera entrega de aquel caudal que todavía tuviera en su poder. (94)

Según aparece de las cuentas presentadas por el recaudador, surge una diferencia entre el cargo total (21.780$ y 2r) y el descargo (19.694$ 6r) de 2.085$ 4r, que debía Lacoizqueta a la caja, por lo que este presentó una libranza contra Don Francisco de Larrechea, quien mancomunadamente con Gabriel Quiroga, debía a la caja la suma de $2000 en concepto de derechos de varias partidas de haciendas de encomienda que habían recibido de cuenta de varios sujetos del Paraguay, quienes hasta esa fecha no habían remitido el dinero. (95)

En contrapartida, Gabriel de Quiroga presentó a Salas un detalle de los adelantos que había efectuado a los soldados del cuerpo de Blandengues, solicitando que de la caja de arbitrios se le pagara los 2401$ 3 1/2 r que se le adeudaban. El 4 de mayo Salas autorizó el pago, si hubiera caudal suficiente que no se necesitase para más urgente destino, Lacoizqueta por su parte pedía que se le diera por cumplida su obligación de rendir cuentas, admitiéndole la libranza presentada y la entrega de los 85$ 4r que hacia en ese momento. El teniente Vera y Muxica hizo lugar al pedido de Lacoizqueta y mandó agregar una constancia en los papeles que se remitirían a la Audiencia. (96)

Frente a las cuentas de Lacoizqueta surge un interrogante. ¿Cómo es posible que en dieciséis años los arbitrios produjeran nada más que $21 .780 2 r, cuando en los siguientes ocho años el monto recaudado seria de $82.384? ¿Estarnos ante un aumento extraordinario del tráfico paraguayo en el puerto santafesino, o es que las cuentas del recaudador no eran veraces?

Juan José de Lacoizqueta testó el 4 de agosto de 1765, pero no se encuentra el documento en los archivos. El testamento es citado en el de su esposa de 6 de noviembre de 1768, hecho por su hija María Ignacia, conforme al poder otorgado el 11 de marzo de 1767. (98)

Lacoizqueta falleció en su ciudad natal en el mes de febrero de 1766, siendo enterrado el día 21 en la Iglesia de La Merced, justo enfrente de la que fuera su casa durante la primera etapa de su matrimonio. (99)

Al fallecer Lacoizqueta adeudaba a la Cofradía del Santísimo Sacramento, de la que como dijimos había sido mayordomo, la suma de $4000 que ya hemos señalado. Según se desprende del testamento de su esposa, dejó caudal suficiente para pagar esta suma, pero sus descendientes, atendiendo a que en la casa vivían las hermanas solteras y que a estas les era dificultoso pagar el 5% anual, solicitaron en 1768 que se autorizara a rematar la casa sobre la que pesaba el censo, El Cura Vicario y Juez Eclesiástico Oroño, autorizó el procedimiento y la Cofradía eligió Mayordomo por esos días a Simón de Avechuco. El remate se hizo en la plaza pública y diversos vecinos participaron en la puja que se prolongó durante varias convocatorias. Finalmente, el 25 de mayo, Juan Francisco de Larrechea logró mejorar las ofertas y compró la casa que fuera de Juan de Resola, en 4.150$. (100)

La casa de la actual calle Buenos Aires, que la esposa de Lacoizqueta heredara de su padre, pasó a poder de Antonia, casada con Juan Duarte Neves. (101) Las tres hermanas solteras, Ventura, Juana y Francisca, heredaron parte del terreno hacia el Este, lindando con la parcela de la esquina y allí vivieron hasta su muerte. (102)

El apellido Lacoizqueta no perduró en Santa Fe. José Gabriel falleció en 1779, sin dejar descendencia. Juan Ignacio, como dijimos, fue sacerdote, y falleció un año antes que su padre, en 1765. Bartolomé tuvo un hijo llamado Mariano, nacido en Santa Fe en 1761, del que fue padrino de bautismo el Maestre de Campo, pero según parece, la familia se trasladó al Paraguay, y allí se avecindó. (103) Sin embargo, a través de los matrimonios 1 de las hermanas, hijas y nietas de Juan José, la descendencia del navarro Lacoizqueta, llegado a Santa Fe a fines del siglo XVII, fue numerosa ya ella pertenecen muchos de los hombres prominentes de la historia de Santa Fe. (104)

Lacoizqueta, su tiempo y sus contemporáneos

Juan José de Lacoizqueta fue un hombre representativo de la clase dirigente de la Santa Fe de su tiempo. Fue de los que quedaron en la ciudad en la época más dura de la guerra contra los guaycurúes y de los que la salvaron de su ruina. Culto y sagaz, supo armonizar sus intereses personales con los de su comunidad. Todas sus gestiones hechas a nombre de su ciudad, en Buenos Aires en 1722, en Lima en 1727, en Charcas en 1739y en Madrid en 1743, se hicieron en el marco de otras tramitaciones de índole personal.

Militar, funcionario, comerciante, hacendado, hombre de cofradías, presenta una personalidad de marcados contrastes. Embargados sus bienes por la Real Justicia en 1738, fue recomendado por la Corona para encargarse de la recaudación de arbitrios apenas cinco años después. Declarado por sus vecinos "padre honorabilísimo de la Patria", era reputado como contrabandista por los paraguayos. Estos contrastes mantienen al paso de los siglos un halo de misterio en tomo a Lacoizqueta.

Ocupaba un sitio prominente en una sociedad en la que todos sus dirigentes estaban emparentados y que se vio enfrentada por intereses económicos con las otras ciudades rioplatenses. Ganadera y mercantil, su economía competía con los intereses de Buenos Aires y Asunción. Como puerto preciso era una barrera para los porteños en su penetración al mercado paraguayo. Esto llevó a que prosperaran los odios contra Santa Fe y se predispusieran contra ella los gobernadores. En cambio, otras ciudades como Córdoba o Santiago del Estero, y otras autoridades como la Audiencia de Charcas, apoyarían a Santa Fe reiteradamente. (105)

La representación paraguaya de 1769 muestra cómo veían los de Asunción a los santafesinos al expresar que: " ... mientras Asunción ha mantenido 22 fuertes y 5000 hombres en la guerra contra el indio, Santa Fe no pudo por sus propios medios bloquear la entrada de Cayastá con treinta hombres y prefiriendo procurar las Reales Cédulas que hicieron al Paraguay tributaria de una República de Zánganos, que ha decorado su ciudad con elegantes edificios y constituido una "Guardia de Corps" con cincuenta vagabundos del partido de Buenos Aires pagos llamados "Blandengues" o "cabezones", a expensas de los pobres paraguayos, aproximándose los santafesinos a las repúblicas de Europa que cuentan con tropa mercenaria, siendo ellos invariablemente doctores, senadores y comerciantes". (106)

"Quieren les venga el bien como el maná a los israelitas -decía en 1796 el marino español Juan Francisco de Aguirre a su paso por Santa Fe- yeso es un poco trabajoso". Y agregaba: "Por todos lados no se oye más que lamentos de Santa Fe, por lo cual se hace poco apetecible su vecindario". Téngase en cuenta que Aguirre venía de vivir doce años en Paraguay. (107)

Sólo cuando cambiaron las políticas comerciales de la Corona, cuando se creó el virreinato del Río de la Ptata en l776 cuando se abrió el puerto de Buenos Aires al comercio peninsular al 1778 y Lima quedó oficialmente despojada de los mercados antes disputados con el puerto del Plata, Santa Fe perdió su condición de puerto preciso por disposición provisoria del virrey Vértiz de 1780. Lacoizqueta ya no estaba para defender la permanencia de sus conquistas.



Citas y Referencias

(*) Expreso mi agradecimiento a la distinguida académica Catalina Pistone, que me facilitó información precisa fichada por el fallecido historiador Andrés Roverano, lo que hizo posible abreviar mis indagaciones en el Archivo General de la Provincia de Santa Fe.


1) AZAROLA GIL, Luis Enrique, Los Maciel en la Historia del Plata, "La Facultad", Buenos Aires,1940, p.p. 115-116.

2) PROBST, Juan, Juan Baltazar Maciel, el maestro de la generación de Mayo, Buenos Aires, 1946, p.p. 12-14.

3) CERVERA, Manuel Maña, Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe, Santa Fe, 1907. Principalmente en la nómina de cabildantes contenidos en el Apéndice.

4) CERVERA, Federico Guillermo, La Casa de los Aldao, en Revista de la Junta Provincial de Estudios Históricos, N° L Santa Fe, 1985, p.p. 9-34.

5) CALVO, Luis Maria, Lacoizqueta, en Genealogía, N° 18, Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. Buenos Aires, pp. 23-26.

6) Centro de Investigaciones Genealógicas y Sociales de Santa Fe, Los vascos en Santa Fe (1573 - 1810) en Los vascos en América, t. II, Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay, Buenos Aires, 1993,p. 26.

7) lbidem, p. 13.

8) Ibidem, p. 26.

9) Archivo General de Indias (En adelante A. G. I.), Charcas, 325, 22a), Relación de los servicios y méritos del Maestre de Campo Don Juan Joseph de Lacoizqueta. Esta referencia a los servicios de Don Juan de Lacoizqueta en San Carlos del Esteco no ha sido consignada por ninguno de sus biógrafos y creemos que echa algo de luz a su estada en América con anterioridad a su llegada a Santa Fe.

10) AZAROLA GIL, LE, Op. cit. p. 115.

11) CERVERA, M.M., Op. oit, t- 1, Apéndices, p. 19. La declaración de Lacoizqueta de 1699 en GARAVAGLIA, Juan Carlos, Mercado lnterno y economía colonial, Enlace-Grijalbo, México, l983,p. 472.

12) CALVO, L M, Op. cit., p. 23.

13) Centro de Investigaciones Genealógicas y Sociales, Op. cit. p. 14.

14) CERVERA, M. M., Op. cit. t. I, Apéndices. p. p. 19-20.

15) Ibidem, p. 20. La referencia a su deposición por paste del Cabildo en A. G. I., Escribanía de Cámara,902 B, Testimonio N°6, f. f. 304-305 v., "Sentencia en juicio de residencia de Francisco de Echagüe y Andía".

16) A.G.I., Charcas 325, 22a), Relación de servicios citada.

17) Ibidem, Según Luis María Calvo, se le acordaron -en razón de sus méritos- ciertos privilegios a través de una Real Cédula de 1720.

18) Referencia que me ha sido gentilmente ofrecida por el Arq. Luis Maria Calvo, quien tiene hecho un relevamiento de la ocupación de cada manzana la ciudad en el S. XVIII.

19) AZAROLA 011., LE., Op. oit., p.p. 116 y 137. También PROBST, J., Op. ch., p. 16. Probst hace nacer en esta casa a Juan Baltazar Maciel creyendo que era la de sus abuelos maternos.

20) CALVO, L M., Op. ch., p.p. 23-26.

21) Cato de Investigaciones Genealógicas y Sociales de Sta. Fe, Op. oit, p. 15.

22) FURLONG, Guillermo, S.J., Nuestra Señora de los Milagros. Historia de su célebre Imagen y de su Congregación mariana, Bs. As. 1936. pp. 110-123.

23) CALVO, LM., Op. cit., p. 23.

24) Ibidem.

25) Archivo del Arzobispado de Santa Fe, Libro de Bautismos, 1642.1713, f. 93.

26) FURLONG, G., Op. cit., p. 111.

27) CERVERA, F. G., Op. cit., p. 19.

28) GRENON, Pedro S. J., Santafesinos universitarios, en Revista de la Junta de Históricos de Santa Fe, t III, Santa Fe, 1940, p. 33.

29) FURLONG, G., Op. cit, p. 111.

30) CALVO, L. M., Op. cit., p. 25.

31) CERVERA, F. G., Op. cit, p. 19.

32) CALVO, L. M., Op. cit., pp. 25-26.

33) Archivo General de la Provincia de Santa Fe (En adelante A.G.P.S.F.), Actas Capitulares, t. f.f. l9lv.-193.

34) A.G.I., Charcas, 325. 22a), Relación de Servicios citada.

35) A.G.P.S.F.. Actas Capitulares, t. IX, f.f 17-23v.

36) A.G.I., lbidem.

37) A.G.P.S.F., Actas Capitulares, t. VIII, f. 325.

38) Ibidem,t.IX, f.f. 17-23v.

39) CERVERA, M. M., Op. cit, t. 1, p. 466.

40) Ibidem, p. 474.

41) A.G.P.S.F., Actas Capitulares, 4, IX. fr. 402-403. Conf. ROVERANO. Andrés, La despoblación de Santa Fe (1713-1730), en Revista de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, LXXVII, Santa Fe, 1961, p. 42.

42) lbidem, t. X f.f. 135-137.

43) FURLONG, G., Op. cit., p.p. l29 y 123.

44) DAMIANOVICH, Alejandro A., Los inicios de la guerra ofensiva contra Mocovíes y Abipones. Las campañas santafesinas de 1728 y 1729, en Revista de la Junta Provincial de Históricos de Santa Fe, N° LVIII, Santa Fe, 1992, pp. 153-172.

45) DAMIANOVICH, A. A., Entorno a la antigüedad del privilegio santafesino de puerto preciso, Ibidem, Nº LVI, Santa Fe, 1987, pp. 9 y 33.

46) Ibidem.

47) A. G. I., Charcas, 325, 14 f.f. 24-31 y 18 b) f. f. 24-31.

48) Ibidem, l4, f.f. 33-108 y 18 b) f.f. 33-112.

49) A.G.P.S.F., Actas Capitulares, t. X, f.f. 423-424.

50) A. G. I., Charcas, 325, 20 A.

51) A.G.P.S.F., Ibidem, Ef 426-427.

52) A.G.I, Charcas, 325, 14, f. f. 108-109 y 18 B, f. f. 112v -114. Además: A,G.P.S.F., Ibidem. 432-436.

53) A.G.P.S.F., Ibidem., f. 448.

54) MORNER, Magnus, Panorama de la sociedad del Río de la Plata durante la primen, mitad siglo XVIII, en Revista de Estudios Americanos, Nss. 92.93, Sevilla. 1959. p. p. 2O7-208. "Conforme al tratado de Paz de 1715 -señala Morner- Colonia, que había sido Lomada por españoles en 1705, fue nuevamente devuelta a los portugueses y estos empezaron inmediatamente a exportar cueros. Probablemente compraban la mayor parte de ellos a algunos santafesinos organizaban costosas expediciones para el rodeo de ganado salvaje".

55) A.G.I., Escribanía de Cámara, 902-E, testimonio N° 6 f. f. 5 v.

56) Ibidem, Charcas, 325, 29.

57) Archivo del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe (En adelante A.D.E.E.C.), Expedientes Civiles, 4. 13, 1740- 1749, f. f. 66-68.

58) A. G. I., Charcas, 325, 14, f. f. 112v.-113 y 18 B, f. f. 117v-118.

59) lbidem, f.f. 113-119 y 118-125.

60) Ibidem, f. f. 118v-123v. y 125-131.

61) Ibidem, 19 A, f. f. 29-32 y 30 f. f. 26-28v.

62) A.G.P.S.F., Actas Capitulares, t X f. f. 492-492v. La carta es publicada por Manuel M. Cervera en Actas del Cabildo Colonial. Años de 1575 a 1595. Varios otros documentos históricos. Edición Oficial, Santa Fe, 1924, p. p. 406-407.

63) A.G.I., Charcas, 325, 14.

64) Ibidem, 19 A, f. f. 32-33v.

65) A.G.P.S.F., Actas Capitulares, t. XI, f. f. 14-16.

66) A.G.I., Charcas, 325, 31, f. f 21-24v.

67) Ibidem, f. f. 25v.-28v.

68) AD.E.E.C., Expedientes Civiles, t 13, 1740-1749, f. f. 66-68.

69) lbidem, f. f. E 69-68v.

70) PISTONE, Catalina, El arte en Santa Fe, en Historia de las Instituciones de la Provincia de Santa Fe, Edición Oficial, Santa Fe, 1973, t V, segunda parte, p. 432.

71) Ibidem, 1.44, f. f. 78-284. Expediente Nº 571 caratulado "Auto del remate de las casas de Juan José Lacoizqueta a favor de la Cofradía del Santísimo Sacramento".

72) A.G.I., Charcas, 325, 15.

73) Ibidem, 18.

74) lbidem,181.

75) Ibidem, 19.

76) Ibidem,191.

77) Ibidem, 20.

78) lbidem, 201.

79) Esta Real Cédula es reproducida en numerosos autos obrantes en los archivos que venimos referenciando, habiendo sido publicada por Manuel M. Cervera en el Apéndice de su Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe, (p. 101-103).

80) A.G.I., Ibidem, 22.

81) Ibidem, 22 A.

82) Ibidem, 22 1.

83) Ibidem.

84) A.G.P.S.F., Actas Capitulares, t. XI, f. f. 221-224.

85) PROBST, J., Op. cit. p.21.

86) A.G.P.S.F., Ibidem, f. f. 313-315.

87) Ibidem, t. XIII, f. f. 213v.-214v.

88) Ibidem, t. XI, f. f. 326-328.

89) Ibidem, t. XII. f. f. 277-275.

90) Ibidem.

91) Ibidem, Archivo Topográfico, t. 40, f. f. 219-221.

92) CERVERA, Manuel M., Historia de la ciudad..., t. I, Apéndices, y. Autoridades y Cabildantes de Santa Fe, pp. 8-32. En 1746, Juan Ignacio de Lacoizqueta, clérigo, es subdelegado de la Santa Cruzada. Bartolomé Lacoizqueta es alcalde de la Hermandad en Paraná en 1754, Procurador de la ciudad en 1755 y alcalde de 1º voto en 1767. José Gabriel de Lacoizqueta a Alcalde de 2º voto en 1761, Procurador en 1762, y fiscal en causas civiles y criminales en 1768. Primo hermano de los anteriores era Joaquín Maciel que fue Teniente de Gobernador entre 1766 y 1771. Cuñado del anterior y primo político de los Lacoizqueta era Melchor de Echagüe y Andía, Teniente de Gobernador entre 1776 y 1793. Manuel Fernández de Therán, yerno de Juan José de Lacoizqueta, fue Procurador en 1761, Alcalde en 1766.

93) Podría hacerse una larga lista con las representaciones elevadas por Asunción y Buenos Aires ala Real Audiencia o al Consejo de Indias, para lograr la abolición del puerto preciso de Santa Fe. Importantes fueron las presentadas ante el Consejo de Indias por Asunción en 1746y por Buenos Aires en 1749. Si no lograron resultados, presentan hoy un gran valor documental. Decisivas fueron en cambio las iniciadas por Asunción en Charcas en 1754 y en Madrid en 1769. Por su parte Buenos Aires logró algunas mermas al monopolio santafesino. Así en 1769 se autorizó a llegar por el río hasta Buenos Aires a los barcos que cargaran géneros de particulares que fueran como lastre de los de la Real Hacienda. Toda esta frondosa documentación se encuentra en diversos legajos del Archivo General de Indias.

94) Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Colección Mata Linares, t.2, f. f. 150-151. Conf. ENSINK, Oscar Luis, La Real hacienda de Santa Fe, Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica Argentina (Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Rosario). Monografías y Ensayos Nº 18, Rosario, s/ f, p. p. 25-26.

95) A.G.P.S.F., Cabildo de Santa Fe, Notas y otras comunicaciones, t. 1(1638-1777), f. f. 165-184v.

96) Ibidem.

97) A.G.I., Buenos Aires, 241, Documento Nº 1 de la Representación de Santa Fe de 9 de octubre de 1778. Las cuentas corresponden al período 14 de marzo de 1762 al 23 de noviembre de 1769.

98) A.D.E.E.C., Protocolos, t. 16, 1763-69, f. f. 186v-190.

99) Archivo del Arzobispado de Santa Fe, T.F., 1767-97, f. 34.

100) A.D.E.E.C, Expedientes Civiles, t. 44, f.f. 78-284.

101) CERVERA, F.G., Op. cit., p. 20.

102) Ibidem.

103) CALVO, L. M., Op. cit., p.p. 25-26.

104) Los descendientes de Sebastián Ruiz & Arellano, (entre ellos los gobernadores Pascual Echagüe y Pedro Antonio Echagüe), de Francisco Barrenechea, de Manuel Maciel y de Ambrosio de Zubiría, cuñados de Juan José de Lacoizqueta; de Manuel Fernández de Therán (entre ellos Pedro Tomás tic Larrechea, Teniente de Gobernador en 1810 y gobernador delegado en 1815), y de Juan Duarte Neves, sus yernos. Conf CALVO, L. M., Op. cit. passin.

105) La Audiencia de Charcas apoyó a Santa Fe desde que Lacoizqueta planteó ante ella las pretensiones santafesinas. La gobernación del Tucumán dió también muestras en este sentido como lo prueban el informe del gobernador Matias de Angles del 11 de noviembre de 1737(A.G.I., Charcas, 325, 14, f.f. 43-48v) y los de las ciudades de Santiago del Estero del 14 de septiembre de 1774 (lbidem., Buenos Aires, 241) y de Córdoba del 21 de enero de 1775, alentando la continuidad del privilegio de puerto preciso. "La vinculación comercial entre Paraguay, Tucumán. Chile y Perú -dice Andrés Roverano- de intenso y sostenido tráfico, tuvo por eje a Santa Fe, y para no ser desposeída de su condición de "llave" de ese intercambio, se la mudó al sitio actual. (...) El puedo preciso que se le adjudicara en 1662, contribuyó a fortalecer su desarrollo y a asegurar el tránsito de las mercaderías en uno y otro sentido. Buenos Aires, alejada o, mejor, desvinculada de esta línea, por no entrar en la conveniencia de los intereses de Lima, principalmente, carecía de posibilidades para evolucionar. De allí, los permisos de excepción que se le concedieron para traficar con Brasil, a fin de poder soportar su estatismo. Pero, si bien el contrabando, manejado por varios de sus gobernantes, daba pingües ganancias, la gente de ese puerto aspiraba a lograr mejoras de utilidad general. La rivalidad entre Buenos Aires y Lima habría de desatarse en cuanto la primera contara con los medios o las circunstancias que le permitieran hacer frente a la poderosa ciudad de los reyes". (ROVERANO, Andrés, Op. cit., p. 43). En n trabajo próximo a aparecer (Revista de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, Nº LX) desarrollamos la vincu1ación del pueblo preciso de Santa Fe con la competencia comercial entre Lima y Buenos Aires sugerida por Roverano, quien so atiene a la tradición historiográfico de un privilegio surgido en 1662 y no, corno creemos haber demostrado, e 1739, (DAMIANOVICH, A, A., En torno a la antigüedad del privilegio santafesino de puerto preciso, citado)

106) A.G.I., Buenos Aires, 241. Ya hemos transcripto este párrafo en otro trabajo para demostrar que, además de Blandengues, los soldados de Santa Fe eran llamados "cabezones". Conf. DAMIANOVICH, A. A., Origen, y primeros tiempos de lo Blandengues de Santa Fe, en Revista de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, N° LVII, Santa Fe, 1991, p.p. 114-115.

107) AGUIRRE, Juan Francisco de, Diario del Capitán de Fragata… en Revista de la Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 1951, t. XX, Nss. 49 y 50, p. p. 395-396.



Fuentes y Bibliografía

Archivos consultados:

Archivo General de Indias. (Sevilla - España)

Biblioteca de la Real Academia de la Historia. (Madrid- España)

Archivo General de la Provincia. (Santa Fe - Argentina)

Archivo del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales. (Santa Fe - Argentina).

Archivo del Arzobispado. (Santa Fe - Argentina)

Bibliografía especifica:

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CALVO, Luis María, Lacoizqueta, en Genealogía, N°18, Revista del Instituto de Ciencias Genealógicas Bs. As., p. p. 23-26.

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